Aconteció que
cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y
orando, el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él
en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía:
Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia. . . Entonces Jesús,
clamando a gran voz, dijo: Padre en tus manos encomiendo mi espíritu.
Luc. 3: 21, 22; 23:46.
En estos textos
registran el primer acto y el último del ministerio de Jesús. El
dominador común de ambos en la oración. El hábito de la oración
impregnó toda la vida del salvador. Y si él, que vivió sin pecado,
confió en ella, ¡cuánto más necesitamos nosotros simples mortales
orar por nosotros, que somos almas pecadoras!
El creyente sincero
y temeroso tenemos que envolvernos en oración secreta, en nuestro
cuarto y tomar el tiempo necesario para vaciarnos de nuestras
impurezas. Ya que los golpes que recibamos diariamente no malogren ni
afecten nuestra belleza que un día Cristo implanto.
Estas oraciones,
unidas a las promesas de Dios, son las únicas avenidas que conduce
hasta dentro del lugar Santísimo, y nos conduce al éxito
Espiritual.
Un predicador
escocés que vivió treinta años en el Siglo XIX, R. M. McCheyne,
fue poderoso defensor de la oración.
[Mucha oración mucho poder, poca oración poco poder]. Su obra y su influencia todavía persiste. Su éxito como ministro no dependió por su elocuencia oratoria, sino más bien por su oraciones, dependía constantemente del poder de la gracia de Dios.
[Mucha oración mucho poder, poca oración poco poder]. Su obra y su influencia todavía persiste. Su éxito como ministro no dependió por su elocuencia oratoria, sino más bien por su oraciones, dependía constantemente del poder de la gracia de Dios.
Cierta vez escribió:
“ Regularmente leo la biblia, por supuesto; pero trato de
comprenderla y, más aún, de sentirla”. Debemos de leer más a
menudo la biblia, con oración y reverencia. Si usted esta leyendo
Génesis uno, agregue a su lectura el salmo 1. Si lee Mateo 24, lea
Apocalipsis 14.
Deje unos momentos
para la oración, las oraciones deprisa no son aconsejables, Dios es
un Dios de orden. Hay gente que se cansa al orar, la oración en
secreto es lo que más agrada a Dios.
Porque el cristiano
se vacía, ve su necesidad, y abre su corazón a Dios. La sinceridad
es lo que más agrada a Dios.
Tenemos un caso de
oración y de fe en Hechos 10, Cornelio hombre aparentemente pagano,
oraba al Dios de Israel en la ora nona, osea a las tres de la tarde,
hora del sacrificio. Pagano pero con fe, y su oración fue
contestada. Que ejemplo nos da muchos hombres y mujeres que no son
cristianos de nombre, pero que buscan la verdad para seguir a Dios, y
sus oraciones son contestadas.
Se dice, “que los
pantalones a nivel de las rodillas deben estar gastados y casi rotos
por la oración”. “¡Oh Señor! Dame la fuerza de voluntad, para
dedicarte una porción del día a la meditación y al estudio de tu
palabra”.
No me dejes andar en caminos de pecadores, ni en los
vicios degradantes, hazme un hombre de fe y oración como lo fue
Jesús.
El yo solo puede ser
subyugado de rodillas. Yo no conozco otro medio de mantenerse en pie
en estos tiempos difíciles, excepto el estar de rodillas ante tu
Dios. Amen.
Les
agradezco que sigan orando por mi vista.
Luis
José de Madariaga.
La
Biblia a través del tiempo.
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