¿Por que te abates
oh alma mía, y te turbas dentro de mi? Espera en Dios; porque aún
he de alabarle, salvación mía y Dios mío. Sal. 42:5.
¿Te has preguntado
alguna vez si Dios hizo la hombre para que viviera sometido a las
tensiones, presiones y aflicciones que se encuentra a diario en
nuestro mundo? Si reconociéramos que estamos viviendo en
circunstancias sumamente anormales, planificaríamos nuestra vida en
forma diferente.
Lo notable es que no
haya más gente en el mundo que parezca de este mal depresivo.
Recuerdo que Lutero cuando estaba un poco deprimido y al borde de la
desesperación decía a Melanchton: “Ven, Felipe, cantemos el salmo
46”.
El salmista se esta
dirigiendo a si mismo “Oh alma mía”. El salmista estaba decaído,
desanimado, y esto produce angustia desanimo por las cosas de esta
vida. En cierta matutina puse lo que estaba pasando a mi amada
esposa, sufría una depresión tal que no tenia ganas de comer.
Creo que nadie esta
libre de ella, y menos en este siglo, unos porque no les llega para
el fin de mes, otros porque no pueden pagar sus hipotecas etc. Unos
lo superan, por qué Dios les ayuda por medios naturales, pero a la
mínima caen.
Otros no llegan a
eso, caen en el camino, todo depende el grado de intensidad que
tengan. La depresión es un síntoma no una enfermedad. Este síntoma,
puede depender de algunos factores, puede ser física, mental, o
espiritual o una combinación de varios factores.
Hay cristianos que
lo achacan a una crisis espiritual, esto no es cierto, puedes estar
triste, desanimado, pero con la ayuda de Dios lo superas. El salmista
trata el problema yendo a la fuente de la sabiduría, y busca refugio
en Dios. Es un error buscar consuelo en un amigo o familiar, cuando
nuestra única esperanza esta en Dios.
¿Por qué ciertas
personas son más propensas a la depresión que otras? En primer
lugar porque no hay dos personas iguales en todo, incluso en lo que
se da en llamar fuerza vital. Por poner un ejemplo: Yo hace 35 años
pase una depresión, llamada, “depresión temporal latente”
Yo sabía que me
ocurría algo, pero no sabía que era. El doctor me dijo que buscara
algo para mantener mi mente ocupada, así qué sin decirlo a nadie de
mi familia, me encerré en mis libros y en la investigación
profética de Daniel y Apocalipsis.
Pedí ayuda a mi
Dios, día tras día, al cavo de un año, el sobrino de mi esposa, me
invito a una expedición al desierto, y durante cuatro años de hacer
expediciones él Señor me curo. Bajo mi pobre perspectiva, uno de
los aspectos más hermosos es reconocer la bondad de Dios, y el amor
infinito que tiene conmigo.
Sí creo, que Dios
tiene un plan de salvación para ti y para mi, solo en saber que hay
ese plan me llena de gozo y de felicidad.
Yo espero que todos
los que creemos en la segunda Venida de Cristo, pueda ser un
aliciente para el creyente. Los que aman al Señor y sufren,
recibirán consuelo. Ciertamente el pasar se convertirá en gozo y en
alegría, y el Dios de Abraham, secara las lágrimas de los que sufren
por su causa.
Maranata
Les
agradezco que sigan orando por mi vista.
Luis
José de Madariaga.
La
Biblia a través del tiempo.
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