DEL TRIUNFO A LA TRAGEDIA.

Y el Espíritu de Jehová vino sobre Jefté; y paso por Galaad y Manasés, y de allí pasó a Mizpa de Galaad, y de Mizpa de Galaad pasó a los hijos de Amon. Jueces 11:29.

La historia de Jefté nuevamente deshace cualquier concepto elevado que hayamos construido en cuanto al tipo de hombre y mujeres que el Espíritu de Dios pueda usar parea liberar a su pueblo. 

Jefté, el hijo de una prostituta, condujo a una banda de guerreros despreciados y aparentemente terminó matando a sus única en un sacrificio humano. Soprendentemente, el sacrificio de su hija ocurrió después que Jefté fue llenado del Espíritu Santo. Increíble pero cierto. 

Hoy día hay personas que se creen demasiada santas, y creen que los puestos son vitalicio, porque que son escogidos de Dios. ¡Que sorpresa se llevaran en el día del juicio! No cabe duda de que esta historia ilustra el peligro de seguir los impulsos no bíblicos de la naturaleza humana pecaminosa, aun cuando esos impulsos perezcan tener un énfasis espiritual. 

Unque el Espíritu de Dios descendió sobre Jefté y el dirigió a su pueblo para derrotar al abrumador ejercito amonita, Jefté no pensó en las probables implicaciones de su voto apresurado y peligroso. Cuando vio a su hermosa hija que salia de su casa danzando con panderos, sus sentimientos debe haber pasado del gozo frívolo a la pesadez del plomo. 

De ninguna manera Dios habría aprobado esta pérdida insensata una joven. No obstante, parece que Jefté cumplió su promesa. Esto nos advierte de hacer promesas a la ligera con Dios. Si se hace, se debe de cumplir. Podemos preguntarnos por qué Dios permitió que se incluyese en la Biblia historias como ´ésta. Ciertamente mantienen ante nosotros una luz roja de advertencia. 

Mientras el Espíritu puede usar poderosamente cualquier vida que se ha abierto a sus voluntad de Dios, eso no excusa la posibilidad de que esa vida se deslice otra vez aciones que de ninguna manera reflejan el carácter de Dios. 

En realidad Satanás se deleita en deshonrar a Dios cuando esto sucede. Este trágico giro de los eventos, ilustrados por lo menos seis o siete veces en el AT., es una solemne lección que podamos aprender hoy al recorrer la historia de Israel, para no cometerlos y no caer en circunstancias tan lamentables. 

Las promesas antes de hacerlas hay que meditar en ellas: Señor, ayúdame a evitar la trampa de las decisiones impulsivas que pueden tener trágicas consecuencias. Deseo ser conducido por el Espíritu Santo, y acepto tu Palabra.
Maranata.
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(Oren por mi enfermedad, es muy delicada)