viernes, 16 de junio de 2017

COMPARTIENDO EL ESPÍRITU


Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está en mi, y pendré en ellos;y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo. Números. 11:17.
¿Cuantas veces emos sentido que la carga que estábamos llevando era muy pesada?Ese no es el plan de Dios para ninguna persona, ni siquiera para un cristiano lleno del Espíritu Santo.”

Te ruego que me des muerte” Fue la oración de Moisés (Núm. 11:15). cuando la cargas de dirigir a una multitud de personas, quejosas, de diferente ideologías y quejicas finalmente Moisés se sintió aplastado en las arenas del desierto. 

Moisés estaba dirigiendo a un pueblo hostil, pero era el pueblo de Israel y con el poder del Espíritu Santo, pero cualquier persona en el lugar de Moisés, se desquiciara, se desanimaría cuando se trata de llevar en armonía a un pueblo por el desierto. Cuando ponemos la luz de una vela, y vemos que su luz no decrece cuando agregamos más velas la luz brilla con más intensidad. 
Así es el Espíritu Santo cuando fue compartido con otros dirigentes y se revelo el poder del Espíritu. La historia del Pastor Rod. Este pastor estaba desanimado con su iglesia, necesitaba la ayuda de 30 personas para componer grupos pequeños. !Que importancia son los grupos pequeños! 

Y no lo comprendemos todavía. El pasto se arrodillo y pidió a Dios que le ayudase a resolver este problema. La oración fue contestada, 30 personas se ofrecieron para ayudar al pastor. Estos Laicos misioneros ayudaron a la iglesia y hacer la obra misionera que el Señor nos aconseja. 

La iglesia fue grandemente bendecida. Testamos viviendo en momentos muy solemnes, donde estos grupos pueden hacer grandes cosas con la ayuda del Espíritu Santo. La iglesia debe llevar la carga con su pastor y ancianos, pues es Dios en aquel día dará su recompensa a sus hijos. 

Todos tenemos un trabajo que hacer dentro de la obra de Dios, sea esta buena o mala sera el Señor que juzgara a los dirigentes como en la parábola de los siervos malos. ¡Oh Señor! Señor, reconozco mi incapacidad para desempeñar este cargo que tú me as dado. 
Hoy necesito tu ayuda. En realidad, necesito ayuda en toda mi vida. Acepto esta ayuda no sólo de ti, Señor, sino de todos a quienes tú guíes para que trabajemos juntos para glorificar tu Nombre.
[Les ruego que oren por mi]
Maranata.
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