NO SEA QUE NOS ESCURRAMOS.

Por tanto, es menester que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, porque acaso no nos escurramos. Heb.2:1

Gerald Kennedy escribió que “cuando se lo felicitaba a Edison por su genio inventivo contestaba: 'Yo soy una buena esponja. Absorbo ideas y las pongo en uso. 

La mayoría de mis ideas pertenecen a otra persona que no se cuidaron de desarrollarla'. Así es como una cantidad de personas dejan deslizarse entre sus dedos las oportunidades de producir algo que podría ser beneficioso para la humanidad, haciéndolas volver a ellas sumamente ricas. 

Edison por otro lado, prestaba atención a las cosa que oía, las desarrollaba por su cuenta para beneficio de la humanidad” (A. Reader's Notebook, p. 200). Así como en la humanidad y Edison se beneficiaron con las cosas materiales que produjo el gran inventor, nosotros podemos ser de gran beneficio para nosotros mismos y para la humanidad presentando diligente atención a las cosa espirituales que oímos. 

 

En Heb. 2:3 se registra la forma en que los lectores de Pablo oyeron el mensaje de Dios, el mensaje de la salvación: “¿Como escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron”. 

Durante su ministerio en la tierra Jesús explico el plan divino de la salvación. Después de su ascensión los discípulos llegaron a ser testigos de la verdad. El Espíritu Santo prometido se convirtió en el agente para guiar y fortalecer a los discípulos en su ministerio. 

Nosotros somos testigos de nuestra propia conversión por el Espíritu Santo, de las cosas que hemos estudiado y oído. ¿Testificaremos de Cristo y de su pronta venida? La advertencia que nos hace Pablo es oportuna. Debía atenderse con diligencia a las cosas oídas, no fuera que acaso, como vasos rajados, las dejara escurrir, como dice la versión moderna. 

 

No se necesita ningún esfuerzo para dejarse llevar por la corriente, pero es una practica peligrosa. Muchos se alejan de la palabra de Dios, por oír a espíritu de demonios. 

Si no prestamos atención al consejo que nos da el Espíritu de Dios en su Palabra, nos escurriremos en el olvido. Ahora es el momento de prestar atención a las profecías, de Daniel y el Apocalipsis, ahora cuando comenzamos un nuevo amanecer en el Señor.
[Espero que me contéis vuestras experiencias con Cristo de buestra conversión. al  correo: cuentatuexperiencia.hotmail.com]
Maranata.
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