ALLÍ HAY LIBERTAD

Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. 2ª Cor. 3:17.

Los creyentes de Corintio estaban frente a los problemas que surgían del deseo de los conversos judíos de llevar la ley ceremonial (que fue abolida en la cruz) al seno de la iglesia. 

Pablo afirmo que ésa era una ley de servidumbre.Cuando Cristo pagó el precio por los pecados del hombre, la ley de servidumbre quedo abolida en la cruz. 

Cuando el Espíritu del Señor llena el corazón del hombre,éste es libre del yugo del pecado. Tiene libertad para vivir de acuerdo con la voluntad de Cristo. Patrick Henry alzó su voz por la libertad de los impuestos injustos, diciendo: “¿Es tan cara la vida y tan dulce la paz que debe ser adquirida a costa de cadenas y servidumbre? 

Dios no lo permitirá. No se lo que otros harán, pero en cuanto a mí, denme la libertad o denme la muerte”. Para muchos hombre la muerte es un precio muy pequeño por la libertad. Muchos hombres paragón un precio muy alto por su libertad religiosa. 

 

¿Es un precio alto por expresar lo que uno cree? La historia esta llena de hombres que murieron por la llamada auto de fe. 

Satanás quisiera que los hombres y mujeres creyeran que es libertad rechazar a Dios y sus enseñanzas. Su alma es “libertad de hacer lo que a uno le venga en gana”. 

Pero eso no es libertad. Demasiado a menudo eso es licencia. “No hay libertad para hacer el mal. Los que hacen tales cosas, sus mentes están cauterizadas por el pecado. “Que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno dicen malo. Esa practica encadena a sus victimas tan ciertamente como el efecto sigue a la causa”. 

“Donde está el Espíritu del Señor , allí hay libertad. Séneca dijo: “Obedecer a Dios es perfecta libertad; el que lo hace será libre, seguro, tranquilo; todas sus acciones estarán de acuerdo con sus deseos”. Salomón dijo: “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón” (Sal. 40:8). 

Ese era su voto de fidelidad a Dios. [España, Aragon y su rey Juramento] dice: “Nosotros, que somos tan buenos como vos, os juramos a vos, que no sois mejor que nos, que os aceptamos como nuestro rey supremo señor, siempre y cuando observéis todas nuestras libertades y leyes; si no lo hacéis estaremos nos, libres de nuestro juramento”. Ese no es un juramento para un cristiano. 

Ese juramento restringe las libertades de los reyes. Nosotros no podemos restringir la libertad del Rey Jesús. Nosotros somos y queremos ser buenos vasallos para nuestro Rey. El murió por nuestra libertad y nuestra redención. Cuando aceptamos su libertad, entonces somos verdaderamente libres.
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