sábado, 18 de marzo de 2017

LUCES EN EL CAMINO.


Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares (lumbreras) en el mundo. Fil. 2:15.
Aunque el crecimiento de los filipenses no era completo (como Laodicea), sus vidas debía de iluminar el oscuro mundo en el cual vivían. (Mat. 5:14). 

La palabras de Pablo son apropiadas para la última generación que vivirán en el tiempo del fin. La tinieblas serán mas densas que nunca antes (PVGM 340-341). 

En todas las épocas el “espíritu de Cristo que estaba en ellos” ha hecho de los verdaderos hijos de Dios la luz . José en Egipto. Con su pureza, benevolencia y amor filial, representó a Cristo en medio de una nación idólatra. 
 
Durante el caminar por el desierto Israel fue una luz para los pueblos. . . Daniel y sus compañeros en Babilonia, de Mardoqueo en Persia, fue rallos de luz en la corte de Dario. De un mundo semejante, los discípulos de Cristo fueron puesto como luces en el camino que lleva a la eternidad. 

En la edad oscura de la cristiandad, la luz resplandeció a través de los Valdenses. La misericordia y bondad del Padre se manifestó a un mundo envuelto en
tinieblas de la falsa interpretación de Dios. Lutero etc. fuero la luz que vio el nuevo amanecer con la Biblia. La luz brillaba en el camino. 
Al mirar sus buenos ejemplos, otros son guiados a glorificar al Padre que esta en lo alto; porque se pone de manifiesto que hay un Dios en el trono del universo cuyo carácter es digno de alabanza e imitación. 
El amor divino debe de brillar en el corazón, una armonía semejante a la de Cristo debe de manifestarse en la vida, son como vislumbres en el camino para los hombres, para que puedan apreciar su excelencia. El mundo aguarda para ver qué fruto producen los profesos cristianos. 

Por medio del Espíritu Santo la palabra puede ser entendida. 

En todas las cosas debemos de manifestar pureza de carácter, para mostrar que la verdad, recibida y obediencia, hace a los receptores hijos e hijas de Dios, hijos del gran Dios celestial y que como tales son honrados en su comportamiento, fieles, leales y correcto tanto en las pequeñas como en las grandes cosas de la vida. (RH. 27-7-1905).
[Espero que me contéis vuestras experiencias con Cristo de buestro bautismo. cuentametuexperiencia.hotmail.com
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