¿SOMOS TESTIGOS DE DIOS?

Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mi no fue formado Dios, ni lo será después de mí. Isa, 43:10.
Todos los que reconocen a Dios reciben la orden de dar testimonio acerca de él delante del mundo. Dios ha dado muchas pruebas de su divina sabiduría y poder, como lo hizo en Egipto (Exo.3:12-15), y en el monte Carmelo (1º Rey 18: 36-39). 

De modo muy especial en la antigüedad los judíos deberían haber sido testigo de Dios, un testimonio vivo como nación, de que Jehová es Dios. Pero la historia ha demostrado que no fue así. 

Violaron constantemente los decretos de Dios, y no fueron testigos para los pueblos vecinos. La lección es obvia. No siempre lo que decimos , sino aquello que hacemos da testimonio en contra o a favor de nosotros. 

Dentro de nuestra historia ha habido hombres que han dejado huellas del poder de Dios. Chalmers misionero en Nueva Guinea dijo: “He estado veintiún años entre los isleños del Pacifico meridional, y nueve años de mi vida con los caníbales de N. G. 

He visto a los semicivilizados y a los npo civilizados; he estado con algunos de ellos convertidos al cristianismo, y he vivido, comido y dormido con caníbales. Pero aún no se hallado jamás a un solo hombre o mujer que no haya sido civilizada con la Palabra de Dios. 

Donde quiera haya habido una insignificante chispa de civilización en el Pacifico meridional a sido gracias a un misionero que ha llevado el Evangelio. Este hombre fue un mártir.  

Donde quiera que haya habido una chispa de civilización tanto en el pacifico, esta asido posible debido al Evangelio, llevado por hombre y mujeres que han sentido el llamado de Dios. Muchos fueron mártires y otros olvidados por la historia, pero todos ellos tendrá su corona en el reino de los cielos. 

¿Que haces tu en tu esfera de influencia? ¿Testificaras de Cristo? El relato de Chalmers resume los maravillosos resultado del verdadero testimonio. 

Su relato se puede multiplicar por el testimonio de cada cristiano activo desde que Jesús llamó a los discípulos hasta el tiempo presente. 

Estos testigos fueron personas llenas del Espíritu Santo. Se 34 arriesgaron a cualquier cosa por Dios. Aun hoy Jesús busca testigos fieles. 

Ofrece en respuesta, no una vida de comodidad y riqueza, sino un lugar en su Reino eterno. 
A fin de que nuestro testimonio sea un éxito, él nos llenará del mismo Espíritu con que colmo a los discípulos y a tantos cristianos que dieron su vida por el Evangelio. ¿Que aras tú?

Maranata

Luis José de Madariaga.

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