Fue entonces Ananías
y entro en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano
Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde
venias, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del
Espíritu Santo. Hech. 9:17.
Esta acción tiene
un doble propósito: (1) Sanar a Saulo cf. Mar. 16:18; (2) conceder
el Espíritu Santo (cf. Hech.6:6). Este acto sirvió para confirmar
la visión de Saulo (cp. 9:12) y para identificar a su visitante
enviado por él.
D. Weatherhead hace esta declaración: “Dios
toma una mano dondequiera que la encuentra y la usa como quiere.
Unas veces toma las de un obispo y las hace descansar sobre la cabeza de un niño y lo bendice; luego toma la mano de un medico para aliviar el dolor; después la mano de una madre para guiar a su hijo y aveces toma la mano de un viejo como yo para dar un poco de consuelo a su prójimo.
Unas veces toma las de un obispo y las hace descansar sobre la cabeza de un niño y lo bendice; luego toma la mano de un medico para aliviar el dolor; después la mano de una madre para guiar a su hijo y aveces toma la mano de un viejo como yo para dar un poco de consuelo a su prójimo.
Pero todas ellas manos tocadas por el Espíritu y su
Espíritu esta dondequiera, buscando manos para usar” (A. T. of
Sermón ilustrado, p. 160). La sabiduría de las expresiones
antedichas son aplicables a la experiencia de Saulo.
Había tenido
una visión de Jesús. Quedo ciego por la visión, fue guiado hasta
la casa de judas. Debe haberse preguntado que le reservaba el
futuro.
Oro a Dios. Sus oraciones fueron contestadas. Dios llamó a su discípulo, y Ananías, y le dio la orden que fuera a ver a Saulo, y que pusiera sus manos sobre él.
Oro a Dios. Sus oraciones fueron contestadas. Dios llamó a su discípulo, y Ananías, y le dio la orden que fuera a ver a Saulo, y que pusiera sus manos sobre él.
Ananías dijo al Señor
que Saulo era un perseguidor de los cristianos. Dios le revelo que
eso ya no era verdad. Saulo había encontrado a Jesús y se había
rendido a él. Ananías
encontró a Saulo y
puso sus manos sobre él, llamándolo “hermano Saulo”
. Esas
manos de Ananías representaba a Dios. Eran los instrumentos del
Espíritu. El poder de Jesús fluyó a través de ellas y sucedieron
dos cosas: 1º Saulo recibió la vista 2º recibió el Espíritu
Santo. Como consecuencia de ellos se obro un cambió en la vida de
Saulo. De perseguidor de los cristianos, paso a ser defensor de ellos
y Cristo fue su guía.
Su vida fue entregada a la causa del
evangelio, y fue aferro defensor. Nosotros llegamos a ser la mano de
Dios cuando estamos consagrado a su causa.
A través de de nosotros él abre los ojos del entendimiento de nuestros semejantes y los capacita para ver a Jesús a través de su Palabra.
A través de de nosotros él abre los ojos del entendimiento de nuestros semejantes y los capacita para ver a Jesús a través de su Palabra.
Nosotros somos piedras vivas, diamantes pulidos para ser usados por Dios. No todos estamos comprometidos a la causa de Dios, ¡ojala! Fuésemos todos llenos del Espíritu. Somos un pueblo unido que realiza el propósito de Dios. No permitiremos que nada nos detenga hasta que acabemos su obra.
Maranata
Luis
José de Madariaga.
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segunda venida apocalíptica.
La
Biblia a través del tiempo.
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