El corazón alegre constituye buen remedio; mas el espíritu triste seca los huesos Prov. 17:22.
“Hay en las escrituras una verdad fisiológica que necesitamos considerar: (La Educación. p. 193). El corazón alegre hace tanto bien como el mejor medicamento.
El que guarda su boca y su lengua, su alma guarda de las angustias. Una sonrisa es una luz en la ventana del alma que indica que el corazón está en casa. Una sonrisa vale mas que mil palabras.
Un corazón alegra y un espíritu quebrantado no viven en el mismo cuerpo. “El corazón de un hombre bueno es el santuario de Dios en este mundo”. Podíamos seguir con refranes que son verdades como templos.
No puede haber un espíritu quebrantado donde mora Dios. El corazón y el espíritu atribulados son reemplazados por el Santo Espíritu de Dios. Alguien a comparado una cara agradable, a una carta de recomendación, y un buen corazón, a una carta de crédito. Salomón dijo: “El corazón contento tiene un banquete continuo” (prov. 15:15).
Es un deleite estar con una persona así, es tan grande que lo podemos compartir con otros.
Y a semejanza de la alimentación de los cinco mil, Ha suficiente para todos.
La alegría muchas veces logra lo que otros remedios no pueden hacer. Se cuenta la historia de un joven que tuvo que ser intervenido.
Después de la operación lo pusieron en una habitación con otros enfermos. En seguida noto que los demás pacientes estaban triste y se quejaban.
El joven empezó a cantar canciones de su tierra natal. Al rato los enfermos ya no se quejaban, y sonreían. Paso una enfermera y le dijo: ¿Puedes cantar en la otra habitación para los enfermos?
Los pacientes empezaron a no quejarse y a sonreír. Los dolores y molestias habían desaparecido. Cierto día La enfermera le pidió que si podía cantar para una enferma que estaba en sus últimos momentos de su vida.
El joven empezó a cantar esas canciones del hogar. La cara de la dama resplandecía.
La última canción trataba del hogar celestial. La paciente radiaba de felicidad, y tranquilamente se quedo dormida.
La encontraron cuando rompió el alba, en su último sueño, la encontraron con una sonrisa en el rostro.
Los jóvenes y no tan jóvenes, somo juglares de Dios viviente. Él apuesto una canción en nuestros corazones alegres.
Compartamos nuestras voces con otros y proporcionemos la medicina celestial a un mundo enfermo y decadente. (coral)
Maranata
Luis
José de Madariaga.
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segunda venida apocalíptica.
La
Biblia a través del tiempo.
Ver
La película del Deseado de
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Ruego a los
internautas cristianos que oren por mi amada esposa, esta enferma.
Gracias a todos.
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