Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequieras que tú fueres, iré yo, y dondequieras que vivieras viviré. Tu pueblo será Rut. 1:16.
Es unas de las historias más hermosa de la lealtad y el amor. Se cuenta la historia de un pastor de una iglesia que alquiló un caballo con cadenas para llevar a su esposa a dar un paseo.
Le dijo al cochero que su esposa merecía lo mejor y que quería el mejor caballo para ella. El cochero le dijo que le daría un caballo que era casi perfecto. Dijo que era manso, voluntario nunca se empacaba, obedecería todas las órdenes y estaría dispuesto a morir con tal de complacer.
El clérigo contestó: “¿Piensa usted que podría recibirlo en mi iglesia? Esa es la clase de miembros que estoy buscando”. Es una historia sencilla, epro ilustrativa. Dios quiere que sus hijos sean bondadosos, gentiles, pacientes, no rebeldes voluntariosos, obedientes y dispuestos a morir por él, si fuera necesario. ¿Eres tú esa clase de persona?
¿Estaríamos a dejar todo por Cristo? ¡No te precipites a contestar! Piénsalo, con oración y después responde a la pregunta.
La historia de Rut es un buen ejemplo de lealtad y amor. No sabemos si fue bien enseñada en su niñez, pero ciertamente había aprendido por la observación.
Esta muchacha había visto a Noemí, mujer que había sufrido grandes perdidas y dolores mientras vivía en un país extranjero. Perdió a su marido y a sus dos hijos la casa y todo los vienes materiales. Habiéndose convertido en nuera de Noemí tuvo la oportunidad de observarla de cerca.
Lo que vio era bueno, una mujer que no se metía en los asuntos de sus hijos, y que respetaba las opiniones da sus hijas. ¿Hay alguna suegra así? Tan bueno fue lo que vio, que decidió en su corazón que tomo la decisión de estar con ella. Dejo su casa, su familia, amigos etc. y volvió con Noemí a una tierra que no conocía, tan solo por referencias.
Durante su trayecto hacia Israel su amor crecía hacia su suegra. Rut contesto a esa gran pregunta: “Adondequiera que tu fueres .dijo-- iré yo. . . Cristo nos hace la misma pregunta: Vete con los tuyos, eres libre, “Yo se gire mi camino a la Santa ciudad de jerusalén” ¿Que contestaremos? Como lo hizo Rut?
“Adondequiera que fueres, iré yo” “Tu pueblo sera mi pueblo, y tu Dios será mi Dios”. Es claro que el Espíritu de Dios llenó su corazón y ella se convirtió. Es una leyenda para todo hijo de Dios, es un ejemplo de verdadero amor y obediencia a Dios. Esta es la clase de hijos que quiere Dios en su iglesia.
Que tengan respeto en su templo, que no sean criticones, y que respeten las normas cuando suban al púlpito.
Jóvenes y adultos ¿estáis dispuestos a dejarte guiar por el Espíritu de Dios que habla hoy a nuestros corazones? ¿El es él Dios de Noemí nuestro Dios?
¿Estaremos dispuesto a seguirlo a cualquier precio? Entonces dejemos que su Espíritu llene ahora nuestro corazón, y el nos guiará por sendas de verdad.
El cielo se llenará de aquellos que sean obedientes a su verdad. No habrá desobedientes. ¿Estaremos nosotros allí?
Maranata
Gracias
por sus oraciones por mi amada esposa. Esta mejor.
Luis
José de Madariaga.
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segunda venida apocalíptica
La
Biblia a través del tiempo.
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