jueves, 29 de marzo de 2012

NO ADORAREMOS A IMÁGENES.

No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás. Exo. 20: 4, 5.

Nuestro Creador demanda nuestra devoción suprema, nuestra primera lealtad. Todo lo que tienda a abatir nuestro amor a Dios, o a interferir con el servicio que le debernos, se convierte por eso mismo en un ídolo. (foto. Todos lo dioses del cielo)

Para algunos, sus tierras, sus casas, sus mercaderías, son los ídolos que adoran. Emprenden actividades comerciales con celo y energías, mientras al servicio a Dios se le da una consideración secundaria.

Se descuida el culto familiar y se olvida la oración secreta. Algunos pretenden obrar justamente con sus semejantes, y creen que al hacerlo así cumplen todo su deber. Pero no basta cumplir los seis últimos mandamientos del Decálogo. (foto. Con permiso del autor, el culto del estudio de la Biblia es la base del hogar).

Debemos amar al Señor nuestro Dios con todo el corazón. Nada menos que la obediencia de todo precepto, nada menos que un amor supremo, como asimismo el amor a nuestros semejantes como a nosotros mismos, puede satisfacer los requerimientos de la ley divina.

Hay muchos cuyo corazón se ha endurecido tanto por la prosperidad, que se olvidan de Dios y olvidan las necesidades de sus semejantes. (foto. el dios del lujo y del poder hombres que tienen grandes mansiones)
Hay profesos cristianos que se adornan con joyas, cintas y atavíos costosos, mientras los pobres del Señor sufren por carecer de lo necesario para la vida.

Hay hombres y mujeres que pretenden haber sido redimidos por la sangre del Señor, que escatiman los medios confiados a ellos para la salvación de otras almas, y que a regañadientes dan ofrendas para propósitos religiosos, y sólo dan en forma generosa cuando esto les reporta honor. Los tales son idólatras. -ST 26-1-1892. 60
(foto. El hambre y la pobreza es el azote del siglo, XXI, los famosos da dinero para acallar sus conciencias, y se aprovecha de su imagen para su uso personal).
G. W.

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