domingo, 4 de marzo de 2012

IMPARTE EL FRUTO DEL ESPÍRITU.

Porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad. Efe. 5: 9.

¿Consideraremos que somos capaces de preparar nuestra vida y carácter para entrar por los portales de gloria? No podemos hacerlo. A cada momento dependemos del Espíritu de Dios que obra sobre nosotros y nuestros hijos. (Foto. En el piamonte los hombre estudiaban la palabra de Dios, y eran bendecidos por el espíritu Santo).

Si los padres quieren ver sin estado de cosas diferente en su familia, que se consagren plenamente a Dios y el Señor proporcionará caminos y medios mediante los cuales pueda ocurrir una transformación en sus hogares.-CN 158. Vuestro compasivo Redentor está observando con amor y simpatía, listo para oír vuestras oraciones, y brindaros la ayuda que necesitáis para la obra de vuestra vida. (foto. La familia que camina con Dios).

El amor, el gozo, la paz, la longanimidad, la benignidad, la fe y la caridad son los elementos del carácter cristiano. Estas preciosas gracias son los frutos del Espíritu. Son la corona y el escudo del cristiano. Nada puede otorgar un contentamiento y una satisfacción más perfectos.-ST 29-11-1877.

A medida que recibáis el Espíritu de Cristo -el espíritu de amor desinteresado y de trabajo por otros-, iréis creciendo y dando frutos. Las gracias del Espíritu madurarán en vuestro carácter. Se aumentará vuestra fe, vuestras convicciones se profundizarán, vuestro amor se perfeccionará.

Reflejaréis más y más la semejanza de Cristo en todo lo que es puro, noble y bello . . .
Este fruto nunca puede perecer, sino que producirá una cosecha, según su género, para vida eterna.-PVGM 51, 52. 35
G.W.

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