EN EL TIEMPO DE ANGUSTIA.

Mardoqueo habla a Ester: Entonces dijo Mardoqueo que respondiesen a Ester: No pienses en tu alma,que escaparás en la casa del rey más que todos los  judío. Ester 4:13.

Jerjes I reinó en el año 486-465 AC. En griego es 01(Xersés) y en Hebreo es Asuero. 

Quiero dejar aclarado este punto, pues hay alguno comentadores que lo interpretan mal. 

El Dios de Israel nunca abandona a su pueblo, sea este en tiempos bíblicos, o en la Edad Media, incluso en nuestro tiempo. 

Dios nunca abandona a su pueblo, le puede reprender, como Padre reprende a sus hijos. 

Hay momentos en la vida de un cristiano, que tiene que tomar medidas drásticas en momentos difíciles de la vida. Y este es uno de esos momentos. 

Amán era un hombres ambiento de ser de venganza, odiaba a todo a aquel se pusiese en su camino. Satanás obra siempre así, por medios de instrumentos humanos. 

En tiempos de Mardoqueo, los cambios se aceleraron a cada paso, y el compás de la vida puede ser pausada, pero los cambios pueden pronunciarse con rapidez. 

Esto lo sabía Mardoqueo. Él tenía la esperanza de que el tiempo para que Israel volviese a su tierra estaban cerca. Nuestra situación no difiere mucho a la de Mardoqueo. 

Los pasos para la promulgación del decreto dominical se aceleran. La opinión mundial, los procedimientos y los métodos se alteran de la noche a la mañana. 

Y muchos del pueblo de Dios no están preparados para ese gran salto. El ritmo de la iglesia debe de avivarse y dejar todo aquello que nos impida obtener la libertad. 

En estos día debemos ser testigos intrépidos como lo fue Mardoqueo, como pueblo de Dios debemos de ser un Mardoqueo ante este mundo. 

Todos los escritores bíblicos anunciaron el triunfo del bien sobre el mal en tiempos oscuros y desanimados como vivieron muchos cristianos en la Edad Media. 

Mardoqueo fue un hombre de oración, y con una visión aguda, se anticipó a los acontecimiento y se apoyó en su Dios. 

Vieron el triunfo a lo lejos, nosotros los hijos de Dios, vemos cada día más cerca nuestra redención. Mardoqueo exhortó a Ester que intercediera por su pueblo. 

Nosotros como cristianos de esta posible última generación, no necesitamos vacilar. La luz del evangelio y la libertad deben de llegar a los confines de la tierra. Ester ayunó, oró, y venció. 

Todo gracias a la ayuda de Dios que le abrió el camino ante el rey Jerjes I. Usted y un servidor, debemos de llevar la luz del Evangelio hasta los confines del mundo, para que haya luz donde hoy hay tinieblas.

MARANATA.

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