EL ARREPENTIMIENTO DE UN REY.

Y sucedió que cuando el rey hubo oído las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestidos 2 Reyes 22:11.

El rey Josías fue elegido rey de Israel cuando tenía ocho años. Hizo lo recto delante de Dios, pero el pueblo iba tras los baales de ese siglo. 

Israel fue zarandeada como el trigo. Porque he aquí yo mandaré y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las gentes, como se zarandea el grano en su harnero, y no cae un granito en la tierra Amós 9:9. 

El rey Josías comprendió la gravedad del libro encontrado, y se humilló ante Dios. Pero la luz fue bien recibida por el pueblo, el rey hizo voto y toda la congregación de Israel se comprometió a obedecer sus mandamientos. 

Dios le concedió una vida tranquila hasta su descanso. Pero la historia nos declara que Israel fue castigado por sus pecados. 

En tiempos de Cristo la luz y la vida que alumbraba a los hombres fué rechazada por las autoridades en los días de Cristo, y ha sido rechazada en todas las generaciones sucesivas. 

Los reformadores, sólo aceptaron parte de la verdad, pues no querían apartarse de la iglesia estatal. No quisieron tolerar la luz, y muchos anhelaba conocer toda la verdad, y los pocos que la recibieron  fueron echados de sus iglesias.

Si el rey Josías reconoció la verdad, y se propuso en su corazón guardar todos los preceptos de la ley. Se humilló y reconoció su error. Esta es nuestra obra hoy para cada cristiano de nuestros días una reforma. 

Una reforma no sólo exterior, sino también interior. Debemos arrepentirnos del mal de nuestras obras pasadas, y buscar a Dios de todo corazón. 

En nuestros días, pocos de los que profesan seguir a los reformadores están movidos por su espíritu. Pocos escuchan o escuchamos la voz de Dios y están listos para aceptar la verdad que Cristo presentó y que sus apóstoles guardaron. 

La promesa de Dios a Josías se cumplió. La promesa a su pueblo se cumplirá. Se necesita una reforma no sólo exterior sino también interior. 

Muchos se van de sus iglesias porque no ven en una reforma, y cuando ellos se reforman, son criticados.

Nuestros ídolos no son de madera hierro o plata, como existían en Israel de antaño.  

Hoy día son más sofisticados,  las ideas y la tendenci de la moda son un peligro para la iglesia.

Es por eso que se ver venir la criba o el zarandeo. La conciencia de Josías se turbó profundamente cuando vio cuán lejos se había apartado el pueblo de los requerimientos de Dios. 

¿No está pasando hoy lo mismo? Todos los hijos de Dios necesitamos una reforma en nuestro interior, sino se cumplira Apoc.3:16.

MARANATA.

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