Y tres son los que dan testimonio
en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres
concuerdan. 1º Juan 5:8
El apóstol recapitula su
testimonio, pero encabeza la lista con el Espíritu santo. Cuando
Jesús fue bautizado en el Jordan, el Espíritu Santo en forma de
paloma dio testimonio a Juan de que el había bautizado era el
Mesías divinamente instituido, y Dios mismo pronunció la alabanza a
su Hijo (Mat. 3:16-179.
Cuando cristo derramó su sangre en la cruz,
su noble paciencia y tranquilidad dignidad, más las sombrías
tinieblas y el terremoto, impresionaron en los espectadores la
divinidad de Jesús. Mat. 27:45-54).
De ese modo el Espíritu Santo
actuó en los sucesos representados por el agua y la sangre (1º Jun
5:6) para confirmar que Jesús era el Hijo de Dios.En su segunda
aparición o su venida, sera gran testimonio de que Jesús es el Hijo
de Dios.
Y que durante tanto tiempo que la Biblia a dado testimonio
de su venida, aun los que les traspasaron verán la gloria del Hijo
de Dios.
Pero para entonces ya no habrá tiempo para el arrepentimiento.
Pero para entonces ya no habrá tiempo para el arrepentimiento.
A lo largo de la historia el Espíritu Santo ha
testificado en la misma triple manera a los cristianos que han
nacido de nuevo.
La sangre de Jesús anula la culpa de nuestra vidas discordantes porque tenemos el lavamiento de la regeneración y una nueva vida armoniosa con Dios en el poder del Espíritu Santo.
La sangre de Jesús anula la culpa de nuestra vidas discordantes porque tenemos el lavamiento de la regeneración y una nueva vida armoniosa con Dios en el poder del Espíritu Santo.
Sí, el
agua, la sangre y el Espíritu nos convence de la misma verdad:
podemos tener la certeza de la salvación y del ministerio de Jesús
en favor a nosotros.
Nuestra historia se sitúa en un hotel de
Noruega: Había una niña con su familia en ese Hotel, esta niña
insistía a su padre que le dejara tocar el piano con solo dedo en el
salón de estar.
Tal fue las notas discordantes que hacía la niña
que “todos se escapaban cuando aparecía la niña”.
En cierta ocasión se encontraba en el Hotel unos delos grandes pianistas del momento,
En cierta ocasión se encontraba en el Hotel unos delos grandes pianistas del momento,
vio que la niña tocaba el piano con su dedito, el músico
se sentó a su lado y por cada nota quedaba la niña el la acompañaba
con una hermosa melodía.
Pronto la gente se agolpó al rededor de
ellos, y disfrutaron de unas hermosas melodías. En mi casa, mi amada
esposa y mis hijos an tocado el piano, himnos que alegraban el
corazón.
El Espíritu Santo puede sacar de nosotros grandes tesoros
para que otros vean la obra de Dios en ustedes y en, y que Jesús sea
glorificado.
No importa los dones que usted tenga, el Señor los
transformara en melodías inolvidables para los de más. El agua el
Espíritu y la sangre testificara en el juicio de Dios contra el
hombre.
MARANATA.
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