jueves, 12 de julio de 2018

¿QUE ESTÁ ESPERANDO DIOS DE TI?

Tu desprecias la inagotable bondad, tolerancia y paciencia de Dios, sin darte cuenta de que es precisamente su bondad la que te está llevando a convertirte a él. Rom. 2:4. (versión habla hoy).

El amor de Dios y su paciencia sólo causa un desdeñoso sentimiento de seguridad en el corazón de una persona endurecida en el pecado. 

“Por cuanto no ejecutan luego sentencia sobre la mala obra, el corazón de los hijos de los hombres está en ellos dispuesto para hacer el mal” (Ecl. 8:11;cf.Sal.10:11,13). 

El hombre esta convencido de que como Dios lo bendice, no considera ayudar al más necesitado. La fe se enfría el orgullo afirma. 

Esto es un pecado en toda regla, queramos o no admitirlo. Los Judíos cayeron est este problema, su orgullo no les dejaba ver mas aya de su propia nariz. El hombre por su naturaleza pecaminosa, no reconoce la longanimidad de Dios y de su paciencia hacia el. 

Tenemos que ver cual malo es el pecado -Si damos suficiente tiempo al Satanás para hacer su obra en nosotros estaremos destituidos de la gracia de Dios. 

Vemos cuán malo es el pecado. El hombre es desfigurado y degradado a lo más bajo de las pasiones humanas. 

Pablo describe que la bondad, y la tolerancia y la paciencia de Dios han sido diseñadas para llevarnos a un cambio de nuestro corazón. (Rom.2:4). 

La opinión del hombre puede ser devastadora y equivocada a pesar del hecho de conocer cuán mal estamos en nuestra condición pecaminosa. 

Es por ese motivo que el hombre tiene de su hacedor, envía a su Hijo para dar testimonio de su amor. Y Cristo nos da su palabra de que mandara el Espíritu Santo para testificar del amor del Padre. 

El hombre y las mujeres deben de concentrase en la manifestación de la bondad de Dios antes que en la constante maldad del pecado. El pecado no puede ser resuelto fisicamente hasta que sea resuelto mentalmente. 

Pablo tiene una palabra favorita para describir las cualidades de las dádivas de Dios y de sus atributos. Benignidad. “excelencia” “bondad”, “suavidad”, “gentileza”. La paciencia de Dios, es una “demora”, “es una retención”. 

Implica algo transitorio, que podría desaparecer por un cambio de conducta del hombre. Dios pasa por alto los pecados del hombre, cuando este se arrepiente y vuelve por el camino correcto el cual Dios trazo. 

Esta es la gran obra del Espíritu Santo, que nos lleva a los pies de la cruz, tal como somos. No necesitamos intermediarios de los hombres, en la cruz Dios te perdona, tu corazón esta quebrantado, y la paz de Dios es sobre ti. 

El compromiso de Dios con la realidad apunta a nuestro mejor interés. La salvación del hombre depende si aceptamos los méritos de Cristo en nuestro favor.
MARANATA.
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