Alma mía, en Dios solamente reposa, porque de
él es mi esperanza. Sal. 62:5
Hay momentos de nuestra vida que todo nos sale
mal y nos preguntamos.
¿Que ha pasado? ¿Que hecho mal? El único
pensamiento de nuestro enemigo es abatirnos y desconfiar de nuestro
Dios.
Pero el día acaba de empezar, y nos seguimos preguntando ¿Por
qué Señor? Si todo lo hecho bien. ¿por qué ami? Recapacitamos y
nos ponemos de rodillas, y elevamos una oración a nuestro Padre.
Le
hablamos con sinceridad, y cae lagrimas de nuestros ojos, y le
seguimos preguntando ¿por qué Señor? El día pasa apresuradamente
y en nuestra mente sigue teniendo dudas el porque me ha pasado esto
ami.
Es como tener un cheque en blanco y no lo puedas cobrar.
Siempre hay un motivo que tenemos que buscar. Es cuando el Espíritu
Santo te hace reflexionar y repasar lo que has podido hacer en esa
semana.
Te preguntas: ¿el cheque tiene fondos para que yo lo cobre?
Sí hay fondos, entonces ¿cual es el problema para cobrarlo? Tú
falta de confianza y tu inseguridad en las promesas de Dios.
La
oración puede ser como “un cheque” en el cual usted no puede
cobrar.
Y sabes que todo esta bien, a veces, usted y yo desconfiamos
del cheque que no tenga fondos. El problema no es de Dios que te ha
dado un cheque, en el cual puedes viajar por todo el mundo gratis.
El
problema esta en nosotros y en nuestra fe, que ejercemos en la vida.
Pero hay esta el Espíritu Santo para hacernos recordar las promesas
que son inmutables de Dios.
Recapacitamos y vemos que el problema
esta en mi y en ti, nosotros, el hombre nos hemos desviado del
sendero que Dios nos ha trazado.
La oración es un cheque al
portador, con la garantía de que hay suficiente dinero para nuestra
vida. Dios nos ha prometido muchas cosas.
Cuando llegue el día en
que esas promesas aparentemente no pueden ser cobradas, a usted le
queda una sola cosa: quien es Dios.
El salmista dijo:”Alma mía, en
Dios solamente reposa, porque de él es mi esperanza”.
El
propósito primordial es la oración y poner las cosas en las manos
de Dios, para que él haga conforme a su voluntad.
Es el medio por el
cual podemos tener una relación intima con nuestro Padre celestial.
Cuando el Espíritu Santo controla nuestras facultades, esa relación
con él Padre se estrecha más. El es “todo, y en todo” Y
teniendo a El, ¡no desearemos otra cosa sobre la tierra!
MARANATA.
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SECCIÓN CCXIV (214). DANIEL Y LOS DOS IMPERIOS.
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*SECCIÓN CCXIV (214). DANIEL Y LOS DOS IMPERIOS*
*CONTINUACIÓN DE LA SECCIÓN CCXIII (213)*
*Daniel 8:14. /C*
*Unas de los aspecto de debe de dejar clar...
Hace 21 horas
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