DESPEJAR LAS PIEDRAS DEL CAMINO.

Y dirá: Allanad, allanad; preparar el camino quitad los tropiezos del camino de mi pueblo. Isa.57:14.
Esta es la gran pregunta para el pueblo de Dios: ¿No es ésta precisamente la obra que el Señor nos ha dado para para que hagamos en relación con los que ven y sienten la importancia de la obra que debe ser hecha en la tierra, a fin que la verdad triunfen gloriosamente? 

Todos aquello que se ocupan poner obstáculos en la senda de los siervos de Dios, atándolos con restricciones humanas de modo que non pueden seguir la dirección del Espíritu Santo, están estorbando el avance de la obra de Dios. 

“Quitar los tropiezos del camino de mi pueblo.” Debe de hacerse fervientes esfuerzos para contrarrestar la influencia que han retrasado en el mensaje para este tiempo. Debe hacerse una obra solemne en un corto tiempo. (Cart.42, 1909). 

Isaias se dirige a los dirigentes del pueblo de Dios, tanto en el pasado como en el futuro. 

Hombres que no temen a Dios y se cree con suficiente inteligencia para hacer su voluntad, y no la de Dios. 

Los tales serán cortados del pueblos de Israel. 

Dios en su gran misericordia quiere limpiar el camino, del orgullo, de la intolerancia, de esos hombres que se creen sabios y no lo son. El Espíritu Santo trabaja sin descanso para convertir a estos hombres de Dios a que ratifiquen, pero su orgullo y su arrogancia no les permite ceder. 

De estos hombre hay muchos en el pueblo de Dios, no son mansos, ni están dispuestos a escuchar. Así la obra se retrasa y nuestro Dios no aparece, Dios construyó una “autopista” hacia el cielo y que llega hasta la tierra. 

Pero demasiado a menudo ponemos obstáculos en la autopista.Y nos impiden ir por la autopista, hay que dejar y quitar dichos obstáculos si queremos entrar en el reino de los cielos. El pueblo y sus dirigentes tienen que limpiar el camino, sino muchos se perderán. 

¡A donde está los atalayas del pueblo de Israel! Como dijo el profeta: La salvación es individual; “sálvese el que pueda” 

Si nuestro concepto de Dios nos deja tratando de esconder nuestras manos de temor, no tiene sentido pretender que estemos ansiosos de vivir en su presencia. 

Ni tampoco podemos “limpiar el camino” adecuadamente para otros. Necesitamos la gran obra del Espíritu Santo en nuestras vidas, y “tener los pies en la tierra” Cristo esta a las puertas. 
¿Que aremos tú y yo? 

Dejaremos que pase el verano, o nos pondremos a quitar los obstáculos del camino. La decisión es tuya. “Que la paz de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros”.
MARANATA.
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