CORAZÓN PURO.

El que ama la limpieza de corazón, por la gracia de sus labios tendrá la amistad del Rey. Pro. 22:;11.

Poesía anónima.

Sé tú quien me conduzcas, Capitan de mi alma; Yo siempre he de seguirte, en la luz o en la oscuridad. Concédeme tan sólo tres cosas que yo anhelo: 1ª Cuando el terror aceche, haz que no tenga miedo. 2ª Cuando los hombres todos no puedan soportar las impuras lisonjas, ¡ayúdame ser puro! 3ªCuando olviden sus votos y se atrevan a hacer lo que en verdad temieron, ¡ayúdame a ser fiel!

Es la meta de cada hijo he hijas de Dios ser puros y fieles, pero sólo puede alcanzarse por la gracia de Dios. La pureza de corazón y la gracia son inseparables. Es difícil imaginarse a alguien que sea puro de corazón y que no tenga gracia. 

Una persona llena de gracia no tienen dificultad en hacer amigos. No sólo tendrá la amistad de los reyes, sino del Rey del cielo. Jesús dijo: “Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios” (Mat. 5:8). ¡Que privilegio! ¡Ver a Dios! Sólo aquellos que entre en su reino en el día final lo verán. . . y se regocijarán ( Apoc. 6:15-17).

Testimonio. E. Stanley Jones y otros estudiantes del Asbury College continuaban su reunión de oración, en 1905. 

Ellos habían estado orando en sus reuniones de oración, se sintió como si realmente el Espíritu Santo hubiese interrumpido al rededor de las 10 de la noche. 

Los estudiantes confesaron sus pecados e hicieron fuertes compromisos con el Señor, que había enviado Su Espíritu esa noche. Mas estudiantes llegaron al cuarto para disfrutar de este avivamiento. 
Uno de los estudiantes que salio afectado fue Eli Stanley J. El Espíritu Santo lo liberó esa noche de su orgullo y del sentimiento de superioridad y lo preparo para el ministerio. ¡Que tremendo testimonio! 

Cuanto más cerca vivamos de Dios, tanta más gracia tendremos para dar a los hombres y que vean la gloria de Dios. 

La bondad debe manifestarse constantemente en nuestras vidas. Hay que olvidarse del yo, para ayudar a otros. Animaremos a los enfermos. Señalaremos a los enlutados el gran consolador. 

Cuando veamos algún necesitado, proveeremos a sus necesidades como Dios ha provisto a las nuestras. La cortesía caracterizará toda nuestra vida. La pureza y la gracia no son determinadas por los años, sino por el amor a otros. 

El Espíritu de Dios atendrá nuestro corazón lleno de amor, y su amor nos mantendrá puros y llenos de gracia.
(Espero que me contéis vuestras experiencia en Cristo. Quisiera hacer una Matutina con las experiencias vuestras para gloria de Dios)
Maranata.
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