Dad gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. 1º Timo. 5:18
Es fácil de olvidarse dar gracias a Dios, por el vaivén de la vida.
Podemos pasar por alto el que los niños alguna vez no digan “gracias”, pero los adultos deberíamos ser más agradecidos en esto. Siempre me impresionó, las experiencias de como ayudan los ángeles a sus hijos y a los que no lo son.
Recuerdo una experiencia que leí: Era un niño que sus padres le advertían que tenia que tener cuidado en el camino, cuando saliese del colegio.
Un día de mucha niebla, el niño escogió un camino más corto, pero más peligroso.
Con la idea de llegar antes a casa.
Era tan intensa la niebla que no veía nada a un palmo de sus ojos. Su casa estaba a un kilometro del colegio. Caminaba despacio cuando oyó una voz. ¡detente! Pero el niño siguió.
Al poco rato oyó otra vez la voz, ¡detente! El niño se detuvo, no veía nada, se puso de rodillas, y empezó a tocar el terreno. La niebla era tan intensa que no podía ver nada, empezó anotar que delante de el no había tierra, se tumbo en el suelo, y noto que estaba enfrente de un acantilado.
Era el acantilado que su madre le decía y que muchos murieron por causa de la niebla. Lenta mente el niño se fue retirándose hacia atrás. Y sel volvió por el otro camino. Nunca olvido de que el Ángel de Jehová le salvo la vida. ¿Cuantas veces tenemos que dar gracias a Dios? “YO muchas veces”.
Me salvo la vida desde mi niñez, cuando solo tenía seis años y estaba subido en un balcón, a punto de caer desde un quinto piso. Dios manda a sus ángeles para cuidarnos.
No nos damos cuenta de cuantas veces ofendemos a Dios y a los ángeles, y con cuanta misericordia nos atiende, a pesar de nuestro mal carácter. Este año que a pasado para algunos bueno y para otros malo, pero sea bueno o malo, debemos dar gracias a Dios.
Siempre hay lecciones que aprender. Esperando que este año, sea un año de bendiciones.
Y no olvidemos que estamos en un mundo de maldad, nos pasara de todo, bueno y malo, pero demos gracias a Dios porque hasta qui el nos ha cuidado, enviando sus ángeles para salvarnos de muchos peligros, que tú y yo ignoramos.
Pero sabemos que en aquel día glorioso, nos será revelados de todos los peligros que los ángeles nos han salvado. En este día, ¿no sería bueno no sólo agradecerle a Dios por sus bendiciones, sino compartir sus bendiciones con otros?
Job nos dio un digno ejemplo. Compartía sus bienes con todos los necesitados, y de la causa que no entendía se informaba con diligencia. (Job. 29:12-16). Os deseo un feliz año 2.017 Vuestro amigo Josué
Maranata
Luis
José de Madariaga.
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segunda venida apocalíptica.
La
Biblia a través del tiempo.
Ver
La película del Deseado de
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