La iglesia, pues, gozaba de paz por toda Judea y Galilea y Samaria, edificándose y caminando en el temor del Señor, y con el aliento que infundía el Espíritu Santo, se iba multiplicando. Hech. 9:31 (Bover-Cantera).
Con la conversión de Saulo, la persecución de los fieles se detuvo. Los enemigos de la iglesia volvieron su atención hacia Saulo, trataron de matarlo. Sabían que Saulo sería una gran fuerza en la nueva iglesia. Lo conocían. También Dios.
El tenia una obra para Saulo. Nada podría detener a Saulo hasta que el trabajo hubiera finalizado. La misma verdad fue para la iglesia de Dios. Exactamente para todas las iglesias que habían. Pero lo que sabemos que cuando la persecución se detuvo, las iglesias aprovecharon su oportunidad.
El evangelismo estuvo a la altura requerida. La gente fue iluminada en cuanto a los planes de Dios hacia la humanidad. El Espíritu Santo los guiaba. Los reyes aprovecharon cada oportunidad para hablar a otros de Cristo.
A predicar el Evangelio hacia los miembros, estos se multiplicaron y la palabra crecía.
El numero de los miembros no era solamente añadido, como como en el día de pentecostés: Multiplicado.
El mismo Dios, el mismo Espíritu Santo, que guiaban a la iglesia en aquella época, continua guiando a su iglesia.
En muchos lugares de la tierra hay evidencias del derrame del Espíritu Santo. El problema es que están tan cerca, que desaparece de nuestra vista. En países donde las puertas están cerradas para el trabajo misionero, se están viendo grandes resultados.
Los creyentes saben que el tiempo es corto y que nosotros debemos trabajar para acelerar la venida de Cristo su señor. Debemos unir fuerza para ganar almas para Cristo. No es raro escuchar de laicos que han ganado cien almas para Cristo.
En Filipinas hay un laico que a levantado veinte iglesias. Vemos y oímos que en el continente americano, Norte y Sur y en la división del Pacifico
Norte, se están haciendo grandes progresos, y muchas almas conocen a Cristo.
En China la obra crece a pasos insospechables. Pero en Europa, la cosecha es pobre y triste.
En Africa, crece y crece su obra, el Espíritu Santo obra en los miembros y cada día se levanta un templo. Los jóvenes toman el relevo de sus mayores, y el Espíritu de Dios los encamina a nuevos horizontes, para llevar la palabra.
Maranata
Luis
José de Madariaga.
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segunda venida apocalíptica.
La
Biblia a través del tiempo.
Ver
La película del Deseado de
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