MANANTIALES DE AGUA VIVA.

Jehová te pastoreará siempre, y en la sequía saciara tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego; y como manantial de agua, cuyas aguas nunca faltan. Isa. 58: 11
Hay dos fuentes de orientación en la vida, la fuente del bien y del mal. Dios es la fuente del bien. Sus deseos es de ver a cada hijo en el Reino de los cielos. Dios no se complace con la muerte del impío. (Eze. 18:23, 32). 
Sabiendo que las fuerzas del mal están muy ocupadas (Satanás) tratando de descarriar al hombre de Dios y sus promesa, el Padre celestial nos da la seguridad de que nos guiara continuamente. 
Pensemos en las promesas que Dios nos ha dado, tal como están registradas en nuestro versículo. 
“ En la sequía saciaras tu alma”. Si bien es cierto que se aplica a la sequía por falta de lluvia, pero la Biblia también le da otro sentido que es espiritual. Alguna vez en nuestra experiencia nos sobreviene algún momento de desaliento por causa de nuestros pecados. 
Nos sentimos triste, por qué hemos ofendido a nuestro Padre celestial. También por alguna enfermedad que estamos padeciendo, son tantas cosas que nos agobia las penas. 
El peso aveces es insoportable. Al primer signo de desánimo Satanás trata de meterse y tomar el control de la vida. 
Levanta dudas acerca de las promesas de Dios. Se establece una sequía espiritual. 
Entonces es cuando necesitamos de la mano de Dios más que nunca, y si nos aferramos a él, siguiendo su conducción, el Espíritu Santo entrará y nos recordará las PROMESAS de Dios. Así es quitada la sequía espiritual y satisfecha nuestra almas.  
La otra promesa es que nos “dará vigor a nuestros huesos” Habla en sentido figurado. 
De la manera com los huesos son la estructura del cuerpo. De la misma manera nuestra relación con el Espíritu Santo es desarrollada y esa relación se vuelve más intima, es la estructura espiritual. 
A medida que esta relación va desarrollándose, crecemos en el conocimiento de la palabra de Dios. Así nuestros huesos espirituales se vigorizan y fortalecen. 
¿Que nos ocurre cuando se acabala sequía espiritual y nuestros huesos son vigorizados? Seremos como huerto de riego, un lugar donde crecer hermosas flores y hermosas plantas. 
¡Qué hermoso y placentero jardín brinda a la humanidad, y cuánta felicidad puede llevar a otros un cristiano consagrado y viviente! Seremos como manantiales de agua de vida cuyas aguas nunca faltan. ¡Gloria a Dios! Seremos canales del agua de vida para regar a las almas sedientas. ¡Qué maravilloso! Que nos guie el Espíritu Santo.

Maranata

Luis José de Madariaga.

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