sábado, 4 de junio de 2016

AMOR INCONMESURABLE.


Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia. Jer. 31:3.
Este verso parafraseando podría ser nuestro y expresarlo así: Jehová se manifestó hace mucho tiempo, cuando yo era más joven, y ahora se manifiesta en mi vejez dándome la paz que mi alma desea. 

El mundo manifiesta que son creyentes y creen en un Dios misericordioso. Pero la verdad es que no conocen a Dios no pueden hallarlo mediante la sabiduría humana. Para creer en Dios, tienen que creer en Cristo y ha este resucitado. 

Y esto para muchos que dicen creer en Dios, les es difícil aceptar en la existencia de Jesucristo. Cristo no trata de demostrar el gran misterio sino que revela un amor inconmensurable. No hace del poder y grandeza de Dios el tema principal de sus discurso. 

Con mayor frecuencia habla de él como el Padre nuestro, tierno que se compadece de la raza caída, y quiere darle su amor. Desea que nuestra mente, debilitada por el pecado, sea animada para captar la idea de que Dios es amor.

 Desea inspirarnos confianza. Y nos lo ilustra con una parábola. El hijo prodigo, es el modelo que Cristo elige como una representación del amor de Dios. 

 Ese Padre anhela ver y recibir una vez más a su hijo que lo abandono. Pero el rey de este mundo cegó el entendimiento de los hombres, y no puede ver más aya del velo. Espera que el hijo venga. 

La decisión es del hijo y no del Padre. Cuando ve a lo lejos un hombre, más bien un mendigo o un extraño, pobre y vestido con harapos, pero sale a recibirlo, interiormente se pregunta: ¿y si fuera mi hijo? Al final lo reconoce, es el hijo que viene a casa. 

El joven con labios temblorosos, se arrodilla diciendo: “Padre he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo”, El padre manda sacar los mejores vestidos, vestirle; y poner un anillo en su mano, y calzarlo. No hay reproche, por su mal proceder. 

El hijo siente que el pasado esta perdonado y olvidado y raído para siempre. Dios nos dice: “Yo deshice como nubes tus rebeliones, y como niebla tus pecados”. “ Perdonare la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado” (Isa. 44:22; Jer. 31:34)  
Ese es el amor de Dios. El cielo espera y anhela el regreso de los hombre y mujeres, que se han alejado de la senda de Dios. Reconozcamos que el primer paso lo tenemos que dar nosotros, tu y yo. 
Podemos creer en Dios, los demonios tan bien lo creen. Pensemos en el amor del Padre que entrego a su Hijo por el amor a la raza caída. Dios te ama.
Maranata
Luis José de Madariaga.
http://lecciones-biblicas.blogspot.com
http://judaislacris.blogspot.com,
http://meditacionesmatinales.blogspot.com
http://historiaybiblia.blogspot.com
ttp:// segunda venida apocalíptica.
La Biblia a través del tiempo.
Ver La película del Deseado de
Todas las Gente. En
http://www.facebook.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario