Pedro les dijo Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Hech. 2:38.
Se revelan claramente en el texto los pasaos necesarios para que los hombres reciban el don del Espíritu Santo. Los cuales son muy sencillos. Primero, si queremos recibir los dones celestiales debemos arrepentirnos de los pecados que hayamos cometido.
A primera vista ésta parecería una orden exagerada, porque ¿quién se va a acordar de cada pecado que ha cometido en su vida? No tenemos que desanimarnos por esto. Cuando estemos verdaderamente arrepentidos recordaremos las ocasiones en que hemos pecado contra Dios y nuestro semejantes.
Lo importante es que en el arrepentimiento sintamos un sincero dolor por los pecados que hemos cometido y deseemos vivir una vida nueva en Cristo. Dios prometió mediante Isaias: “Si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecido” (Isa. 1:18).
El siguiente paso es el bautismo. Ciertamente aquí se habla del bautismo del agua, que es el símbolo exterior, el testimonio publico de que estamos verdaderamente arrepentidos, de que reclamemos para nosotros la gracia tan abundante y que es gratuita ofrecida por Dios.
Somos bautizados en el nombre de Jesús. ¿Para que? Para el perdón de nuestros pecados. Jesús nos perdona. Nuestros pecados son alejados de nosotros así como el oriente esta lejos del occidente.¿Que ocurre cuando nuestros pecados son perdonados?
Recibimos el mayor de todos los dones: el don del Espíritu Santo. Cuando recibimos el Don, no necesitamos ningun otra cosa. Mientras servimos a Dios, mientra estamos llenos del Espíritu, haciendo los negocios del Rey, él nos sostendrá así como sostuvo a Israel en el desierto.
Cuando Jesús envió a los discípulos en su viaje misionero “les mandó que no llevasen nada para l camino, sino solamente el bordón (bastón); ni alforja, ni pan, ni dinero en el cinto” (Marc. 6.8).
La promesa es que nuestro pan y nuestra agua serán seguros.
Esto es nuna verdad como que existen los cielos y la tierra. Entonces, compartamos el Pan de vida con los demás, y mediante su Espíritu seremos lleno. Seremos vasos para llevar agua de vida.
Maranata
Gracias
por sus oraciones por mi amada esposa. Esta mejor.
Luis
José de Madariaga.
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segunda venida apocalíptica
La
Biblia a través del tiempo.
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