Por las cuales nos son dadas preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas fueseis hechos participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que está en el mundo por causa de la concupiscencia. 2º Pedro 1:4.
“Participantes de la naturaleza divina”. ¿Es esto posible? Por nosotros mismos no podemos hacer ninguna cosa buena. ¿Cómo, pues, podemos ser participantes de la naturaleza divina? Acudiendo a Cristo así tal como somos, necesitados, impotentes, dependientes.
El murió para hacer posible que participáramos de la naturaleza divina. Llevó la humanidad sobre sí para poder alcanzar la humanidad. Con la áurea cadena de la incomparable amor nos ha ligado al trono de Dios. Debemos tener poder para vencer como él venció.
Cristo da a todos la invitación: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mat 11:28-30). Tenemos una parte que realizar en esta obra.
Creo que nos hemos estancado en 1901, y no podemos salir. Amenos que los dirigentes se humillen y pidan perdón a sus compañeros del ministerio, por sus envidias y celos y criticas, seguiremos estancados. Y que nadie piense que los hombres y mujeres van ser llevados al cielo sin estar empeñados en la lucha aquí abajo.
Todavía hay mucha mundanalidad, mucho orgullo, entre los dirigentes desde pastores hasta los ancianos. Cuando reconozcamos nuestra condición nos humillemos, entonces la batalla que tenemos que pelear,obtendremos la victoria gracias a los méritos de Jesús. Dios nos dice: “Ocupaos en vuestra salvación”. ¿Como?
“Con temor y temblor, con pedir perdón a tu hermano, humíllate a te tu Dios, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”. (Fil. 2:12, 13). Dios trabaja y el hombre debe trabajar y seguir las pisadas de su Señor. Debemos cooperar con Dios.
Así solamente podemos ser participantes de la naturaleza divina. Dios no pide que vivamos sólo un día a la vez.
No necesitáis mirar una semana o un mes más adelante, bueno hay tiempo para cambiar. Haced hoy lo mejor que podáis. Hoy hablad y actuar de una manera que honre a Dios. La promesa es: “Como tus días serán tus fuerzas” (Deut. 33:25.) (Basado en el comentario de R.H. 1904) El mes de Agosto estoy fuera.
Maranata
Gracias
por sus oraciones por mi amada esposa. Esta mejor.
Luis
José de Madariaga.
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segunda venida apocalíptica
La
Biblia a través del tiempo.
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