Puesto los ojos en Jesús, l autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Heb. 12:2.
La cruz nos habla de la vida, y no de la muerte, son las almas que creen en Jesús. ¡Bienvenidos los preciosos rayos vivificantes que refulgen desde la cruz del calvario!
Los cristianos debemos esforzarnos para alcanzar la bendición de esos rallos, y creed que la vamos a recibir gratuitamente. No andemos en las sombras de la cruz.
No deis expresiones al lloro, a los quejidos y a las penas: antes animad vuestras almas en la esperanza bendita dada gratuitamente, sentir el gozo y la esperanza de que Cristo esta cerca.
La cruz señala hacia arriba a un Salvador viviente, y compasivo es nuestro abogado y en estos momentos esta intercediendo por ti y por mi.
Cuando estáis fuertemente apesadumbrados, es por que vuestro peor enemigo Satanás se ha interpuesto entre vosotros y los hermosos rayos que mana de la cruz, como rayos de sol de justicia.
Mucha veces yo e estado vacilando bajo la sombra de la cruz. Como yo muchos de vosotros, por que pasamos un momento de crisis y no vemos el camino.
No es algo común para mi el estar abrumado y sufrir tanta depresión de espíritu como muchos hemos estado sufriendo en los últimos meses o años.
En una matutina de hace un año os contaba la depresión que tuvo mi amada esposa que a feto a toda la familia, y como Dios intervino y la curo. Nunca dejamos de mirar la cruz, y os aseguro que vimos mi esposa y yo esos rayo de luz y de esperanza.
Yo no enseñaría a nadie que Jesús se ha levanto de la tumba, que ascendió al cielo y vive para interceder por nosotros ante el Padre, a menos que yo lo lleve a la práctica con mis palabras y mis hechos, entonces mis enseñanzas de la resurección de Cristo tendra antes mis amigos o parientes efectividad.
Sera entonces cuando eche mi alma sobre Jesús en busca de su gracia, su justicia, su paz, su amor y misericordia.
Hermanos y amigos creyentes en Cristo Jesús, Vivamos en la luz del sol que mana de la cruz del Gólgota.
Os invito y por ende yo, a que no moremos más en las sombras, condoliéndonos de nuestro pesares, porque esto solamente nos hundirán n la miseria espiritual.
Nunca olvidemos, aun cuando caminemos en el valle, que Cristo está con nosotros tan ciertamente como tú y yo vivimos en su presencia debemos de ir confiadamente como un niño va a su madre. (basado en el manuscrito 61 de 1895).
Maranata
Sigan
orando por la vista de mi esposa.
Luis
José de Madariaga.
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segunda venida apocalíptica
La
Biblia a través del tiempo.
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