domingo, 5 de octubre de 2014

CONSIDEREMOS A JUSÚS COMO NUESTRO ÚNICO CAMINO.


Por tanto, hermanos santos, participante del llamamiento celestial, considerad al Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús. Heb. 3:1.

Todos los creyentes son “hermanos” en Cristo; cunado estamos consagrados al ministerio de la predicación, sea tu don poco o mucho, a pesar de nuestras faltas o errores. El llamamiento de Dios es para que tengamos la salvación por sus méritos.

Debemos “fija la mente en” “contemplar” el ministerio de Cristo como sumo Sacerdote en el lugar Santísimo. No hay, ni existe en la tierra ningún intercesor que pueda perdonarnos nuestros malos abito. 

 Cristo bino como “embajador” “enviado”, “delegado” , mensajeros (ver Mar. 3:14; Hech. 1: 2)
Cristo vino como el “Apóstol “ del Padre El enviado de Dios (DTG. p.440 cf Juan 6:29).

Ojalá nos propongamos lo mismo que Pablo menciona en 1º Cor. 2:2 “Pues me propuse no saber. . . cosa alguna sino a Jesucristo”. Aprendamos las inescrutables riquezas de Cristo” (Efe. 3:8). ¿Porque razón?

Porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hech.4:12). Cristo es “poder de Dios, y sabiduría de Dios” (1º Cor. 1:24).

No hay nada al parecer tan débil, y no obstante tan invencible, como el alma que siente su insignificancia y confía por completo en los méritos del Salvador. Mediante la oración, el estudio de su Palabra y el creer que su presencia mora en el corazón, el más débil ser humano puede vincularse con el Cristo vivo, quien le es tendera la mano y nunca lo dejará (MC. p.137).
 
La obra que hicieron los discípulos, hemos de hacerla nosotros también. Todo cristiano debe ser un misionero. Con simpatía y con tierna compasión tenemos que desempeñar nuestro ministerio en bien de los que necesitan ayuda, y procurar con todo desprendimiento aliviar las miserias de la humanidad doliente.

El tiempo esta cerca, no hay tiempo que perder, al nuestro alrededor vemos que la gente sufre, por diferentes causa, pregúntate: ¿Que aria Cristo si estuviera en ese momento en tu localidad o ciudad? Ves, y as tu lo mismo.

El Salvador se identifica con cada hijo de la humanidad. Para que pudiéramos ser miembro de la familia celestial, él se hizo miembro de la familia terrenal. Es el Hijo del hombre y, por consiguiente, hermano de todo hijo e hija de Adán.

Los que siguen a Cristo no deben sentirse separados del mundo que perece en derredor suyo. Forma parte de la familia humana, y el Cielo los considera tan hermanos de los pecadores como de los santos. (M.C. p.71).

Meditemos en la palabra de Dios, en sus promesas que son eternas, hasta que las palabras se convierta en músculos y en tejidos espirituales.

 Llevémosla a nuestros amigos, vecinos y contemos cuan grandes cosas a hechos Dios por ti.
Roguemos fervientemente al Espíritu Santo que haga de Cristo un ser real para nosotros. La vida cristiana feliz y gozosa no se produce por accidente.
Maranata.
http:// lecciones-biblicas.blogspot.com




La Biblia a través del tiempo

http://segunda venida apocalíptica

No hay comentarios:

Publicar un comentario