Al cual, no habiendo
visto, le amáis; el cual creyendo, aunque al presente no lo veáis,
os alargáis con gozo inefable y glorificador. Obteniendo el fin de
vuestra fe, que es la salud de vuestras almas. (1º Pedro. 1:8,9.).
Si mañana por la
noche tuvieras que casarte con una persona a la cual jamás has
visto, y si tampoco conocieras a nadie que la hubiere tratado , ¿cómo
te sentirías? Supongamos que jamás leíste una carta de el, ni
visteis un retrato suyo ni escuchaste una grabación de su voz.
En otras palabras no
tienes ninguna noción de como es esa persona. ¿Que actitud
asumirías ente la posibilidad de unirte a el? ¿No gritarías acaso:
“Me niego a unirme con alguien que no conozco”? Si lo hicieses
nadie te culparía por ello. En la historia de los primeros pioneros
Americanos, tales casos sucedieron, y nadie se lo reprocho.
Pero, ¿qué opinas
de la posibilidad de unirte a Jesucristo, a quien jamás has visto,
en una unión más estrecha que la relación matrimonial? El secreto
de la vida victoriosa radica en amar a Cristo a quien no hemos visto,
y en tener fe en él.
Los mensajes de los
tres ángeles gira en torno de este eje: “Para mi el vivir es
Cristo” (Fil. 1:21).
Lo más emocionante de la novia, es conocer al esposo, y el esposo conocer a una novia ataviada con todas sus galas. Fe, esperanza y amor.
Lo más emocionante de la novia, es conocer al esposo, y el esposo conocer a una novia ataviada con todas sus galas. Fe, esperanza y amor.
Nuestros mejores
esfuerzos por hacer de Cristo una realidad son muy débiles,
deleznables (despreciable, poca duración)
y frágil.
¿Disfrutamos de una
comunicación diaria con Cristo? Esta es la gran pregunta para el
cristiano. ¿Conocemos por experiencia el significado de Isa. 62:5,
piénsalo y medita en ello, que dices.
En Jeremías 2:32,
se nos pregunta lo siguiente: “Se olvidara la virgen de sus
atavíos, o la desposada de sus galas?” Si las novias no se olvida
de su ramo de flores, ni de su velo, Dios no se olvidara de su
pueblo. Pero su pueblo se olvida de su Dios. “No améis las cosas
de este mundo, por que si amáis las cosas de este mundo, no me amáis
ami”.
Hay tres cosa que
nos ayudarán a amar al que nunca hemos visto. 1º El estudio diario
de su palabra. 2º La comunión con él por medio de la oración. 3º
Dar testimonio no solamente de palabra sino de hecho, a los demás
acerca del amor de Jesús y de su poder salvador. No hay otra manera
de amarlo y permanecer en su amor. Amen.
Maranata.
http://
lecciones-biblicas.blogspot.com
La
Biblia a través del tiempo
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