martes, 7 de octubre de 2014

AMEMOS ANTES DE VER


Al cual, no habiendo visto, le amáis; el cual creyendo, aunque al presente no lo veáis, os alargáis con gozo inefable y glorificador. Obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salud de vuestras almas. (1º Pedro. 1:8,9.).


Si mañana por la noche tuvieras que casarte con una persona a la cual jamás has visto, y si tampoco conocieras a nadie que la hubiere tratado , ¿cómo te sentirías? Supongamos que jamás leíste una carta de el, ni visteis un retrato suyo ni escuchaste una grabación de su voz.

En otras palabras no tienes ninguna noción de como es esa persona. ¿Que actitud asumirías ente la posibilidad de unirte a el? ¿No gritarías acaso: “Me niego a unirme con alguien que no conozco”? Si lo hicieses nadie te culparía por ello. En la historia de los primeros pioneros Americanos, tales casos sucedieron, y nadie se lo reprocho.

Pero, ¿qué opinas de la posibilidad de unirte a Jesucristo, a quien jamás has visto, en una unión más estrecha que la relación matrimonial? El secreto de la vida victoriosa radica en amar a Cristo a quien no hemos visto, y en tener fe en él.

El resultado inmediato será la obediencia a sus requerimientos.
Los mensajes de los tres ángeles gira en torno de este eje: “Para mi el vivir es Cristo” (Fil. 1:21). 

Lo más emocionante de la novia, es conocer al esposo, y el esposo conocer a una novia ataviada con todas sus galas. Fe, esperanza y amor.

Nuestros mejores esfuerzos por hacer de Cristo una realidad son muy débiles, deleznables (despreciable, poca duración) 
y frágil.
¿Disfrutamos de una comunicación diaria con Cristo? Esta es la gran pregunta para el cristiano. ¿Conocemos por experiencia el significado de Isa. 62:5, piénsalo y medita en ello, que dices.

En Jeremías 2:32, se nos pregunta lo siguiente: “Se olvidara la virgen de sus atavíos, o la desposada de sus galas?” Si las novias no se olvida de su ramo de flores, ni de su velo, Dios no se olvidara de su pueblo. Pero su pueblo se olvida de su Dios. “No améis las cosas de este mundo, por que si amáis las cosas de este mundo, no me amáis ami”.

Hay tres cosa que nos ayudarán a amar al que nunca hemos visto. 1º El estudio diario de su palabra. 2º La comunión con él por medio de la oración. 3º Dar testimonio no solamente de palabra sino de hecho, a los demás acerca del amor de Jesús y de su poder salvador. No hay otra manera de amarlo y permanecer en su amor. Amen.
Maranata.
http:// lecciones-biblicas.blogspot.com
La Biblia a través del tiempo
http://segunda venida apocalíptica

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