BENDICIONES Y MALDICIONES.

A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge pues la vida, porque vivas tú y tu simiente. Deut. 30:19

El creyente sabe que Dios nunca coaccionara la mente del hombre. El hombre es libre para escoger el camino que el desee.El Señor nunca dejara a su pueblo, amenos que este lo deje a él. 

El castigo divino siempre ha tenido un propósito especifico. Nos guste o no, y una vez logrado tal propósito Dios se vuelve a sus hijos, y nos ofrece la restauración y la ayuda necesaria para lograr la victoria. “Mas él conoció mi camino. 

Probaráme, y saldré como oro (Job. 23:10). El profeta Oseas nos da una discreción de la mala conversión de Israel (Oseas 6). El profeta nos llama a una reflexión en nuestras vidas en el ver. 3 y un llamado ver. 6. Jesús el el alba o la Aurora que proviene de lo alto (Luc.1:78)

Así como el alba matinal aparece y queda suavemente sobre la tierra, despejando las tinieblas de la noche y sale el sol de justicia, así es Jehová para su pueblo trayendo la salvación para su pueblo.(Mal. 4:2).La lluvia temprana, que venia después del verano preparaba la tierra. 

La lluvia tardía, favorecía la cosecha. Oseas nos da una perspectiva de las bendiciones de Dios para su pueblo, las cuales revitalizaran y nutrirían espiritualmente a sus pueblo.

La advertencia al pueblo por parte de Dios, es la incredulidad que hay en su pueblo. Dios no quiere sacrificios. 

En el cap. 5:6 tenemos el porque. Dios a cuidado a su pueblo como el pastor a sus ovejas. Pero Israel no fue movido por un verdadero arrepentimiento, sino por el temor de la aflicción venidera. En su corazón no estaba el amor de Dios. 

El Señor quiere que tengamos le conocimiento de la misericordia que es la religión pura puesta en practica. El conocimiento guía a una conducta adecuada. Sin estos dos elementos básicos, la religión tiene a ser una forma de vida vacía. 

Y por supuesto causa desgarro divino. (1º Sam.15:22; Prov.21:3; Isa. 1:1117; 2º Tim. 3:1-5). 30 El amor supremo mostrado a su pueblo durante el viaje hasta Canaan, fue una muestra de su amor. Pero Israel no lo entendió. 

Si Israel hubiera llegado a apreciar el estilo de vida que Dios desea para ellos, no sólo habrían prosperado, sino que hubieran visto que Dios era mucho más que un Legislador. 

Ellos no recibieron la lluvia tardía, por la dureza de su corazón. 

El pueblo de Dios espera con ansiedad la lluvia tardía, pero muchos no la recibirán por su incredulidad, y otros la recibirán por que hicieron la voluntad de Dios. 

Hoy, Dios desea que usted y yo recibamos ese don tan preciado, pero todo depende de usted y de mi.

MARANATA.

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