domingo, 12 de febrero de 2012

ES LA IMAGEN DEL PADRE.

El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. Heb. 1: 3.

¿Quién es Cristo? Es el Hijo unigénito del Dios viviente. Es, en su relación con el Padre, como una palabra que expresa el pensamiento: como un pensamiento hecho audible. Cristo es la Palabra de Dios. Cristo dijo a Felipe:

"El que me ha visto, ha visto al Padre". Sus palabras eran el eco de las de Dios. Cristo era la semejanza de Dios, el resplandor de su gloria, la misma imagen de su persona.-YI 28-6-1894.

Como un ser personal, Dios se ha revelado a sí mismo por medio de su Hijo. Jesús, el resplandor de la gloria del Padre, "la imagen misma de su sustancia", fue hallado en la tierra en forma de hombre. Vino al mundo como un Salvador personal. Ascendió a lo alto como un Salvador personal.

Intercede en las cortes celestiales como un Salvador personal. Ante el trono de Dios ministra en nuestro favor "uno semejante al Hijo del hombre" (Apoc. 1: 13). Cristo, la luz del mundo, una vez velado el brillante esplendor de su divinidad, vino a vivir como hombre entre los hombres, para que ellos pudieran conocer a su Creador sin ser consumidos . . .

Cristo vino a enseñar a los seres humanos lo que Dios desea que sepan. En los cielos de arriba, en la tierra, en las aguas del anchuroso océano, vemos la obra de Dios. Todos los seres creados dan testimonio de su poder, su sabiduría, su amor. Pero no podemos aprender de las estrellas, del océano o de las cataratas nada en cuanto a la personalidad de Dios tal como está revelada en Cristo.-T 8, 265. 24

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