lunes, 31 de octubre de 2011

LA TIERRA HUYE DE SU HACEDOR.

Porque haré estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación de Jehová de los ejércitos, y en el día del ardor de su ira. Y como gacela perseguida, y como oveja sin pastor, cada cuál mirará hacia su pueblo, y cada uno huirá a su tierra. Isa. 13: 13,14.

Densas nubes cubren aún el firmamento; sin embargo el sol se abre paso de vez en cuando, como si fuera el ojo vengador de Jehová. Fieros relámpagos rasgan el cielo con fragor, envolviendo a la tierra en claridad de llamaradas. (foto. Los elementos chocan)

Por encima del ruido aterrador de los truenos, se oyen voces misteriosas y terribles que anuncian la condenación de los impíos. No todos entienden las palabras pronunciadas; pero los falsos maestros las comprenden perfectamente. (foto. Grandes meteoritos caen a la tierra).

Los que poco antes eran tan temerarios, jactanciosos y provocativos, y que tanto se regocijaban al ensañarse con el pueblo de Dios observador de sus mandamientos, se sienten presa de consternación y tiemblan de terror. Sus llantos dominan el ruido de los elementos. (foto. Los ángeles malos tiemblan ante su Hacedor).

Los demonios confiesan la divinidad de Cristo y tiemblan ante su poder, mientras que los hombres claman por misericordia...Por un desgarrón de las nubes una estrella arroja rayos de luz cuyo brillo queda cuadruplicado por el contraste con la obscuridad.

Significa esperanza y júbilo para los fieles, pero severidad para los transgresores de la ley de Dios. Los que todo lo sacrificaron por Cristo están entonces seguros, como escondidos en los pliegues de el pabellón de Dios. (foto. La tierra sufre las consecuencia de su maldad).

Fueron probados, y ante el mundo y los despreciadores de la verdad demostraron su fidelidad a Aquel que murió por ellos.

Un cambio maravilloso se ha realizado en aquellos que conservaron su integridad ante la misma muerte. Han sido librados como por un ensalmo de la sombría y terrible tiranía de los hombres vueltos demonios. Sus semblantes, poco antes tan pálidos, tan llenos de ansiedad y tan macilentos, brillan ahora de admiración, fe y amor.

Sus voces se elevan en canto triunfal: "Dios es nuestro refugio y fortaleza; socorro muy bien experimentado en las angustias. Por lo tanto no temeremos aunque la tierra sea conmovida, y aunque las montañas se trasladen al centro de los mares; aunque bramen y se turben sus aguas, aunque tiemblen las montañas a causa de su bravura(Sal. 46: 1-3, VM).(11) (foto. Cristo viene en las nubes).
284
G.W.

domingo, 30 de octubre de 2011

UNA ILUSTRACIÓN GRÁFICA DE LA SEPTIMA PLAGA.

¿Has visto los tesoros del granizo, que tengo reservados para el tiempo de angustia? (Job 38: 22, 23).

Byron Belden, Sarah Belden y la Hna. May Lacey me acompañaron a la reunión que tuvimos en Prospect [sur de Australia]. . . Cuando salimos de la casa [donde se había celebrado la reunión] notamos que se acercaba la tormenta. . . y echamos a correr con nuestros caballos tan rápidamente como podíamos.

Cuando estábamos por llegar a casa, la tempestad se desató con toda su furia. Comenzó a caer granizo de gran tamaño. . . El granizo espantó a la yegua porque la golpeaba con fuerza terrible.
Dije entonces: "Byron, desciende pronto. . . Acércate a la cabeza [de la yegua] y háblale. Los caballos deben saber que no eres tú quien los castiga". Al oír esto, bajó en seguida. Yo añadí: "May Lacey y Sarah, salgan". Lo hicieron. . .

Yo salí a continuación; May y Sarah me ayudaron. . . El viento soplaba con tal fuerza que nos arrancó los sombreros de la cabeza y se llevó los almohadones del coche. Los pesados cojines del carruaje, los paraguas, y las espesas mantas de viaje cayeron al suelo y volaban en todas las direcciones. . .

¡Qué escena! La Hna. Belden, May Lacey y yo llegamos a casa sin sombrero. . . Byron estaba con la pobre potranca aterrorizada. . . Sólo pudimos elevar nuestro corazón a Dios en procura de ayuda. . .

Este es el incidente más tremendo que he tenido alguna vez en un carruaje en medio de la tormenta. . . Pensé en el día cuando los juicios de Dios caigan sobre el mundo; cuando la negrura y horribles tinieblas envuelvan los cielos como un saco de cilicio. . .

Mi imaginación preveía lo que será ese momento cuando la poderosa voz del Señor ordene a sus ángeles: "Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios" (Apoc. 16: 1) . . .

El Señor saldrá para castigar a los habitantes de la tierra por su iniquidad, y la tierra descubrirá sus sangres y no ocultará más a sus muertos. . .
Cuando las plagas de Dios caigan sobre la tierra, caerá granizo sobre los impíos del peso de un talento. . . * 283
G.W.

sábado, 29 de octubre de 2011

LOS ELEMENTOS ARDIENDO SERÁN DESHECHOS.

Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. (2 Ped. 3: 10).

En el día del Señor, precisamente antes de la venida de Cristo, Dios enviará relámpagos a la tierra en su ira, los cuales se unirán con el fuego de la tierra.

Las montañas arderán como un horno, y derramarán terribles arroyos de lava, destruyendo huertas y campos, aldeas y ciudades; y al derramar minerales fundidos, rocas y lodo ardiente en los ríos, éstos hervirán como una olla, despedirán pesadas rocas y esparcirán sus fragmentos sobre el campo con indescriptible violencia.

Ríos enteros se secarán. La tierra se convulsionará y habrá espantosas erupciones y terremotos por todas partes. Dios enviará sus plagas sobre los impíos habitantes de la tierra, hasta que sean destruidos y eliminados de ella.*

La tierra tambaleará como un ebrio, y será removida como una choza. Los elementos arderán y los cielos se enrollarán como un libro.*

La corteza terrestre se agrietará por causa de la erupción de los elementos encerrados en las entrañas de la tierra. Dichos elementos, una vez sueltos, arrasarán los tesoros de los que por años habrían estado acumulando riquezas, a fin de asegurarse grandes posesiones, a costa del salario de hambre de sus empleados.*

La gran conflagración general está justamente delante de nosotros, cuando todo el fruto de esta malograda labor de la vida será barrido de la noche a la mañana.*

Habrá gran destrucción de vidas humanas. Pero como en los días del gran diluvio Noé fue preservado en el arca que Dios había preparado para él, también en esos días de destrucción y calamidad Dios será el refugio de los creyentes. Declara el Señor mediante el salmista:

"Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada" (Sal. 91: 9, 10). "Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal" (Sal. 27: 5). . . ¿No haremos entonces del Señor nuestra seguridad y nuestra defensa?* 282
G.W.

viernes, 28 de octubre de 2011

LA RESURRECCIÓN ESPECIAL DE LOS IMPÍOS.

He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén. (Apoc. 1: 7). (foto. Pilato se lava las manos, hipocresía humana).

"Los que le traspasaron", los que se mofaron y se rieron de la agonía de Cristo y los enemigos más acérrimos de su verdad y de su pueblo, son resucitados para mirarle en su gloria y para ver el honor con que serán recompensados los fieles y obedientes.*

Caifás, alzando la diestra hacia el cielo, se dirigió a Jesús con un juramento solemne: "Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si tú eres el Cristo, Hijo de Dios". . .(foto. El centurión enseña la caratula del nombre, Rey de los Judios).

Todos los oídos estaban atentos, y todos los ojos se fijaban en. . . [Jesús] mientras contestaba: "Tú lo has dicho". Una luz celestial parecía iluminar su semblante pálido mientras añadía: "Y aun os digo, que desde ahora habéis de ver al Hijo del hombre sentado a la diestra de la potencia de Dios, y que viene en las nubes del cielo".

Por un momento la divinidad de Cristo fulguró a través de su aspecto humano. El sumo sacerdote vaciló bajo la mirada penetrante del Salvador. . . (foto, Los sacerdotes divagan si el que esta en la Cruz es el mesías)

Por un momento se sintió como delante del juez eterno, cuyo ojo, que lo ve todo, estaba leyendo su alma y sacando a luz misterios que él suponía ocultos con los muertos.

La escena se desvaneció de la visión del sacerdote. . . Rasgando su manto. . . pidió que. . . se condenase al preso por blasfemia. "¿Qué más necesidad tenemos de testigos? -dijo-. He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia. ¿Qué os parece?" (Mat. 26: 65, 66). Y todos le condenaron.*
Así hicieron su decisión los dirigentes judíos. Su decisión fue registrada en el libro que Juan vio en la mano de Aquel que se sienta en el trono, el libro que ningún hombre podía abrir. Con todo su carácter vindicativo aparecerá esta decisión delante de ellos el día en que este libro sea abierto por el León de la tribu de Judá.* (foto. se le impone la corona de espinas a Jesús).

Cuando Cristo venga por segunda vez. . . lo verán como Rey celestial. . . entonces los sacerdotes y gobernantes recordarán claramente la escena en la sala del juicio. Cada circunstancia aparecerá delante de ellos como escrita en letras de fuego.* 281 (foto. ¿Este es el Mesías? los saduceos y escribas no lo creían, pero en la segunda resurrección sabrán lo que an perdido)
G.W.

jueves, 27 de octubre de 2011

LA RESURRECCIÓN ESPECIAL DEL PUEBLO DE DIOS.

Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. (Dan. 12: 2).

Dios escogió la medianoche para libertar a su pueblo. Mientras los malvados se burlaban en derredor de ellos, apareció de pronto el sol con toda su refulgencia y la luna se paró. . . Aparecieron densas y tenebrosas nubes que se entrechocaban unas con otras.

Pero había un claro de persistente esplendor de donde salía la voz de Dios como el sonido de muchas aguas estremeciendo los cielos y la tierra. Sobrevino un tremendo terremoto.

Abriéronse los sepulcros y los que habían muerto teniendo fe en el mensaje del tercer ángel y guardando el sábado se levantaron, glorificados, de sus polvorientos lechos, para escuchar el pacto de paz que Dios iba a hacer con quienes habían observado su ley.*

Los que duermen en Jesús serán llamados de la casa de su prisión. . . a una gloriosa inmortalidad. . . [El Señor] ha resucitado, queridos amigos, y en vuestro desaliento podéis saber que. . . Jesús está a vuestro lado para daros paz.

Yo sé de lo que estoy hablando. He pasado por momentos en que pensé que las olas cubrirían mi cabeza; en ese tiempo sentí que mi Salvador era precioso para mí. Cuando mi hijo mayor me fue arrebatado sentí que mi pena era muy grande, pero Jesús vino a mi lado y sentí su paz en mi alma. La copa de consolación tocó mis labios.

Y luego aquel que había estado a mi lado durante 36 años . . . fue arrebatado. Habíamos trabajado juntos hombro a hombro en el ministerio, pero hubimos de entrelazar las manos del guerrero y ponerlo a descansar en la tumba silenciosa.

Otra vez mi pena pareció muy grande, pero después de todo llegó la copa de la consolación. Jesús es precioso para mí. Caminó a mi lado. . . y caminará a vuestro lado. Nuestros amados son muy preciosos para nosotros cuando descienden a la tumba.

Puede ser nuestro padre o nuestra madre el que depositamos allí; cuando salgan de la tumba sus arrugas habrán desaparecido, pero sus facciones permanecerán, y los reconoceremos. . .
Debemos estar preparados para encontrarnos con esos queridos amigos cuando emerjan en la mañana de la resurrección.* 280
Sucesos Finales
G.W.

miércoles, 26 de octubre de 2011

DIOS TRASTORNA LA NATURALEZA

El séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho está. Entonces hubo relámpagos y voces y truenos, y un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra. (Apoc. 16: 17, 18). (FOTO. EL ÁNGEL DERRAMA LA SÉPTIMA COPA)

Necesitamos estudiar el derramamiento de la séptima plaga. Las potencias del mal no abandonarán el conflicto sin lucha.* En medio de los cielos conmovidos hay un claro de gloria indescriptible, de donde baja la voz de Dios semejante al ruido de muchas aguas, diciendo: "Hecho es" (Apoc. 16: 17).

Esa misma voz sacude los cielos y la tierra. Síguese un gran terremoto, "cual no fue jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra" (vers. 18). El firmamento parece abrirse y cerrarse. La gloria del trono de Dios parece cruzar la atmósfera.

Los montes son movidos como una caña al soplo del viento, y las rocas quebrantadas se esparcen por todos lados. Se oye un estruendo como de cercana tempestad. El mar es azotado con furor. (Foto. El mar destruye las islas y ciudades).

Se oye el silbido del huracán, como voz de demonios en misión de destrucción. Toda la tierra se alborota e hincha como las olas del mar. Su superficie se raja. Sus mismos fundamentos parecen ceder. Se hunden cordilleras. Desaparecen islas habitadas. (foto.

Los puertos marítimos que se volvieron como Sodoma por su corrupción, son tragados por las enfurecidas olas. "La grande Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del furor de su ira" (vers. 19). Pedrisco grande, cada piedra, "como del peso de un talento" (vers. 21), hace su obra de destrucción. (foto. Granizo que cayo en un pueblo de España)

Las más soberbias ciudades de la tierra son arrasadas. Los palacios suntuosos en que los magnates han malgastado sus riquezas en provecho de su gloria personal, caen en ruinas ante su vista. Los muros de las cárceles se parten de arriba abajo, y son libertados los hijos de Dios que habían sido apresados por su fe.* 279 (foto. La gran ciudad llena de oro y de piedras preciosa cayo ante los príncipes de la tierra).
G.W.

martes, 25 de octubre de 2011

EL PUEBLO DE DIOS ES LIBRADOS A MEDIANOCHE.

En un momento morirán, y a medianoche se alborotarán los pueblos, y pasarán, y sin mano será quitado el poderoso. (Job 34: 20).

[Dios] siempre eligió para manifestar su poder los momentos de extrema necesidad, cuándo no parecían tener posibilidad de verse librados de la acción de Satanás.* (foto. El tiempo llega a su fin)

Es a medianoche cuando Dios manifiesta su poder para librar a su pueblo. Sale el sol en todo su esplendor. Sucédense señales y prodigios con rapidez. Los malos miran la escena con terror y asombro, mientras los justos contemplan con gozo las señales de su liberación. La naturaleza entera parece trastornada. Los ríos dejan de correr.

Nubes negras y pesadas se levantan y chocan unas con otras. En medio de los cielos conmovidos hay un claro de gloria indescriptible, de donde baja la voz de Dios semejante al ruido de muchas aguas, diciendo: "Hecho es" (Apoc. 1: 17).*

Las potestades del cielo se conmoverán a la voz de Dios. Entonces el sol, la luna y las estrellas se desquiciarán de su lugar. No se aniquilarán, sino que se conmoverán a la voz de Dios.
Sobrevinieron sombrías y densas nubes que se entrechocaban unas con otras.

La atmósfera se dividió y se arrolló atrás, y entonces pudimos ver en Orión un espacio abierto de donde salió la voz de Dios.* (foto. los planetas serán conmovidos, no sacados de su sitio).

Después de oír la voz de Dios, la gente se halla en una desesperación y angustia tal, cual nunca hubo desde que existe nación, y entonces el pueblo de Dios sufrirá aflicción también. Las nubes del cielo se entrechocarán y habrá tinieblas.

Entonces se oye aquella voz del cielo y las nubes comienzan a enrollarse como un pergamino, y aparece la señal clara y brillante del Hijo del hombre. Los hijos de Dios saben lo que significa esa nube.*

Los 144.000 triunfaron. Sus rostros fueron iluminados por la gloria de Dios. *
Cuando la voz de Dios ponga fin al cautiverio de su pueblo será terrible el despertar para los que lo hayan perdido todo en la gran lucha de la vida.*

El día de la ira para los enemigos de Dios es el día de la liberación final para su iglesia.* 278 (foto. Cristo viene a rescatar a su pueblo).
G.W.

lunes, 24 de octubre de 2011

LA LIBERACIÓN DEL PUEBLO DE DIOS

Así dice Jehová: Ciertamente el cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos. (Isa. 49: 25).

Cuando los que honran la ley de Dios hayan sido privados de la protección de las leyes humanas, empezará en varios países un movimiento simultáneo para destruirlos. Conforme vaya acercándose el tiempo señalado en el decreto, el pueblo conspirará para extirpar la secta aborrecida. Se convendrá en dar una noche el golpe decisivo, que reducirá completamente al silencio la voz disidente y reprensora.

El pueblo de Dios -algunos en las celdas de las cárceles, otros escondidos en ignorados escondrijos de bosques y montañas- invocan aún la protección divina, mientras que por todas partes grupos de hombres armados, instigados por legiones de ángeles malos, se disponen a emprender la obra de muerte. Entonces, en la hora de supremo apuro, el Dios de Israel intervendrá para librar a sus escogidos. . . (foto. Los hijos de Dios duermen en las cuevas)

Multitudes de hombres perversos, profiriendo gritos de triunfo, burlas e imprecaciones, están a punto de arrojarse sobre su presa, cuando de pronto densas tinieblas, más sombrías que la oscuridad de la noche, caen sobre la tierra. Luego un arco iris, que refleja la gloria del trono de Dios, se extiende de un lado a otro del cielo, y parece envolver a todos los grupos en oración. (foto. en las montañas).

Las multitudes encolerizadas se sienten contenidas en el acto. Sus gritos de burla expiran en sus labios. Olvidan el objeto de su ira sanguinaria. Con terribles presentimientos contemplan el símbolo de la alianza divina, y ansían ser amparadas de su deslumbradora claridad.

Los hijos de Dios oyen una voz clara y melodiosa que dice: "Enderezaos" y, al levantar la vista al cielo, contemplan el arco de la promesa. Las nubes negras y amenazadoras que cubrían el firmamento, se han desvanecido, y como Esteban, clavan la mirada en el cielo, y ven la gloria de Dios y al Hijo del hombre sentado en su trono.* (foto. por fin ven el arco de la alianza).

Mientras todo el mundo esté sumido en tinieblas, habrá luz en toda morada de los santos. Percibirán la primera vislumbre de su segunda aparición.* 277

domingo, 23 de octubre de 2011

NO HABRÁ MÁS MARTIRES

Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré. (Sal. 91: 15).

El pueblo de Dios no quedará libre de padecimientos; pero aunque perseguido y acongojado y aunque sufra privaciones y falta de alimento, no será abandonado para perecer. . .
Sin embargo, por lo que ven los hombres, parecería que los hijos de Dios tuviesen que sellar pronto su destino con su sangre, como lo hicieron los mártires que los precedieron. (foto. Cristo protege a su pueblo)

Ellos mismos empiezan a temer que el Señor los deje perecer en las manos homicidas de sus enemigos. Es un tiempo de terrible agonía. De día y de noche claman a Dios para que los libre. . .
El ojo de Dios, al mirar a través de las edades, se fijó en la crisis a la cual tendrá que hacer frente su pueblo, cuando los poderes de la tierra se unan contra él. Como los desterrados cautivos, temerán morir de hambre o por la violencia.

Pero el Dios santo que dividió las aguas del Mar Rojo delante de los israelitas, manifestará su gran poder liberándolos de su cautiverio. "Ellos me serán un tesoro especial, dice Jehová de los ejércitos, en aquel día que yo preparo; y me compadeceré de ellos, como un hombre se compadece de su mismo hijo que le sirve" (Mal. 3: 17, VM). (foto.Cristo se acerca a los suyos)

Si la sangre de los fieles siervos de Cristo fuese entonces derramada, no sería ya, como la sangre de los mártires, semilla destinada a dar una cosecha para Dios. Su fidelidad no sería ya un testimonio para convencer a otros de la verdad, pues los corazones endurecidos han rechazado los llamamientos de la misericordia hasta que éstos ya no se dejan oír.

Si los justos cayesen entonces presa de sus enemigos, sería un triunfo para el príncipe de las tinieblas. El salmista dice: "Me esconderá en su pabellón en el día de calamidad; me encubrirá en lo recóndito de su Tabernáculo" (Sal. 27: 5, VM). Cristo ha dicho: "¡Ven, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tus puertas sobre ti; escóndete por un corto momento, hasta que pase la indignación!

Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar a los habitantes de la tierra por su iniquidad" (Isa. 26: 20, 21, VM). Gloriosa será la liberación de los que lo hayan esperado pacientemente y cuyos nombres están escritos en el libro de la vida.* 276 (foto.Cristo libera a su pueblo).
G. W.

sábado, 22 de octubre de 2011

EL ACTO SUPREMO DEL ENGAÑO.

Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. (Apoc. 3: 10).

Al acercarse la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo, agentes satánicos se mueven desde abajo. Satanás no solamente aparecerá como ser humano, sino que asumirá la forma de Jesucristo; y el mundo que ha rechazado la verdad, lo recibirá como Señor de señores y Rey de reyes.*(Foto. Satanás se transformara en Cristo).

La ira de Satanás crece a medida que se va acercando el fin, y su obra de engaño y destrucción culminará durante el tiempo de angustia.

El acto capital que coronará el gran drama del engaño será que el mismo Satanás se dará por el Cristo. Hace mucho que la iglesia profesa esperar el advenimiento del Salvador como consumación de sus esperanzas. Pues bien, el gran engañador simulará que Cristo ha venido.

En varias partes de la tierra, Satanás se manifestará a los hombres como ser majestuoso, de un brillo deslumbrador, parecido a la descripción que del Hijo de Dios da San Juan en el Apocalipsis. (Apoc. 1: 13-15.)

La gloria que lo rodee superará cuanto hayan visto los ojos de los mortales. El grito de triunfo repercutirá por los aires: "¡Cristo ha venido! ¡Cristo ha venido!" El pueblo se postrará en adoración ante él, mientras levanta sus manos y pronuncia una bendición sobre ellos como Cristo bendecía a sus discípulos cuando estaba en la tierra. (foto. Satanás andara por la tierra. Cristo nunca descendera a la tierra hasta pasado mil años).

Su voz es suave y acompasada, aunque llena de melodía. En tono amable y compasivo enuncia algunas de las verdades celestiales y llenas de gracia que pronunciaba el Salvador; cura las dolencias del pueblo, y luego, en su fementido carácter de Cristo, asegura haber mudado el día de reposo del sábado al domingo y manda a todos que santifiquen el día bendecido por él.

Declara que aquellos que persisten en santificar el séptimo día blasfeman su nombre porque se niegan a oír a sus ángeles, que les fueron enviados con la luz de la verdad. Es el engaño más poderoso y resulta casi irresistible. Como los samaritanos fueron engañados por Simón el Mago, así también las multitudes, desde los más pequeños hasta los mayores, creen en ese sortilegio y dicen: "Este es el poder de Dios llamado grande".* 275 (foto.El papado representa al mundo).
G.W.

viernes, 21 de octubre de 2011

TIEMPO DE ANGUSTIA CUAL NUNCA FUE.

Aquellos días serán de tribulación cual nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó, hasta este tiempo, ni la habrá. (Mar. 13: 19).

El tiempo de angustia cual nunca fue está próximo a caer sobre nosotros; y necesitaremos una experiencia que ahora no tenemos, y que muchos no se preocupan por obtener. A menudo ocurre que la angustia es mayor en la imaginación que en la realidad; pero no será así en la crisis que tenemos por delante.

La descripción más vívida no logra dar idea de la magnitud de la prueba. Y ahora, mientras el precioso Salvador está haciendo una obra de expiación por nosotros, debemos procurar ser perfectos en Cristo.

La providencia de Dios es la escuela en la que debemos aprender acerca de la mansedumbre y el amor de Jesús. Continuamente el Señor pone ante nosotros, no los caminos plácidos y fáciles que habríamos elegido, sino el verdadero propósito de la vida.

Nadie puede descuidar o diferir esta obra sin poner su alma en el más terrible peligro.
El apóstol Juan oyó en visión una potente voz en el cielo que exclamaba: "¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! Porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo" (Apoc. 12: 12).

Temibles son las escenas invocadas por esta exclamación de la voz celestial. La ira de Satanás aumenta a medida que su tiempo se acorta, y su obra de engaño y destrucción alcanza su culminación durante el tiempo de angustia. La longanimidad de Dios ha terminado.

El mundo ha rechazado su misericordia, ha despreciado su amor y ha pisoteado su ley. Los pecadores han rebasado el límite del tiempo de gracia que les fue concedido, y el Señor les retira su protección, y los deja a merced del líder que han elegido.

Satanás ejercerá su poder sobre todos los que se hayan entregado a su dominio, y sumergirá a los habitantes de la tierra en una gran angustia final. Cuando los ángeles de Dios dejen de retener los fieros vientos de las pasiones humanas, se desatarán todos los elementos de contienda.

El mundo entero se verá envuelto en una ruina más terrible que la que cayó antiguamente sobre Jerusalén.*
[Pero] Satanás, con toda la hueste del mal, no puede destruir al más débil de los santos de Dios.* 274
G.W.

jueves, 20 de octubre de 2011

LOS AOJOS DE DIOS VIGILAN A SU PUEBLO.

¿Acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. (Luc. 18: 7, 8).

En el tiempo de angustia, si el pueblo de Dios conservase pecados aún inconfesos cuando lo atormenten el temor y la angustia, sería aniquilado; la desesperación acabaría con su fe y no podría tener confianza para rogar a Dios que lo librase.

Pero por muy profundo que sea el sentimiento que tiene de su indignidad, no tiene culpas escondidas que revelar. Sus pecados han sido examinados y borrados en el juicio; y no puede recordarlos. . .

Los cristianos profesos que lleguen sin preparación al último y terrible conflicto, confesarán sus pecados con palabras de angustia consumidora, mientras los impíos se reirán de esa angustia. . . (Foto.Las plagas caen sobre los impíos).

La historia de Jacob nos da además la seguridad de que Dios no rechazará a los que han sido engañados, tentados y arrastrados al pecado, pero que hayan vuelto a él con verdadero arrepentimiento. Mientras Satanás trata de acabar con esta clase de personas, Dios enviará sus ángeles para consolarlas y protegerlas en el tiempo de peligro.

Los asaltos de Satanás son feroces y resueltos, sus engaños, terribles, pero el ojo de Dios descansa sobre su pueblo y su oído escucha su súplica. Su aflicción es grande, las llamas del horno parecen estar a punto de consumirlos; pero el Refinador los sacará como oro purificado por el fuego. (foto. Jacob lucha por su vida).

El amor de Dios para con sus hijos durante el período de su prueba más dura es tan grande y tan tierno como en los días de su mayor prosperidad; pero necesitan pasar por el horno de fuego; debe consumirse su mundanalidad, para que la imagen de Cristo se refleje perfectamente.

Los tiempos de apuro y angustia que nos esperan requieren una fe capaz de soportar el cansancio, la demora y el hambre, una fe que no desmaye a pesar de las pruebas más duras. El tiempo de gracia les es concedido a todos a fin de que se preparen para aquel momento. . . Todos los que se aferren a las promesas de Dios como lo hizo él, y que sean tan sinceros como él lo fue, tendrán tan buen éxito como él. . .* 273 (foto. Los fieles salen victoriosos).
G. W.