jueves, 12 de agosto de 2010

LA GUERRA HA TERMINADO.

Y LES DIJO: YO VEÍA A SATANÁS CAER DEL CIELO COMO UN RAYO. LUCAS 10:18.

Fue el hambre lo que hizo que el soldado de los guardias escoceses, Felipe Williams, saliera de su escondite.
Con grandes precauciones, se acercó al caserío de Bluff Cover, en las Islas Malvinas. Para su gran alivio, escuchó hablar en inglés. Momentos más tarde supo que la guerra con Argentina por el control de las Islas se había terminado hacía ya seis semanas.
Durante esa semanas, había obtenido refugio en una choza abandonada, en la cual se escondía cuando pasaban cerca los helicópteros, sin saber si eran ingleses o argentinos. Por fin se le terminaron sus escasas provisiones, y vagó durante tres días antes de descubrir las casas de Bluff Cover y acercarse cautelosamente a ella.

Las seis semanas que pasó escondido no parecen gran cosa al compararlas con el tiempo que cierto soldado japoneses que pasaron aislados de su comandante durante la Segunda Guerra Mundial. En las Filipinas, uno de ellos se rindió después de 30 años de haber estado oculto en la jungla.
Cuando Jesús se dirigió a los 70 después del viaje misionero que hicieron, les aseguró que la razón se su éxito era el hecho de que Satañas había sido derrotado. La caída meteórica del adversario desde el cielo había señalado la victoria de Cristo. La derrota que Jesús le infligió a satanás durante su tentación en el desierto, nos abre perspectivas maravillosas.

"Hoy Satanás presenta las mismas tentaciones que presentó a Cristo, ofreciéndonos los reinos del mundo a cambio de nuestra misión. Pero no tiene poder las tentaciones de satanás sobre aquel que contempla a Jesús como el autor y consumador de la fe" (M. S. tom. 1º pág. 262).

La derrota de Satanás proclama un mensaje de esperanza, no sólo a los que han aceptado la obra victoriosa de Cristo, sino también a quienes oran y esperan en favor de otros. Cuando el coronel Dew llevó a la familia d".
La victoria de Jesús hace que la estrella de la esperanza brille sobre la vida de todo ser. Nuestra oraciones en favor de nuestros seres queridos y nuestras amistades tienen peso, porque en Cristo, el enemigo de las almas ha sufrido una derrota eterna.

Es cierto que tendremos que continuar luchando día tras día; pero no abriguemos dudas. Satanás sabe que ha sido derrotado. La guerra ha terminado.
"Satanás no puede hacer que caiga en pecado uno que acepta por fe las virtudes de Aquel que fue tentado en todos los puntos, tal como nosotros somos, pero sin pecar" (M. S. tomo 1º pág. 56).

W. R. L. SCRAGG.




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