lunes, 22 de febrero de 2010

CUANDO SEAS TENTADO, FIJA TUS OJOS EN CRISTO

"Y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres" (1 Rey. 19: 4).

Jesús fue afligido en todas nuestras aflicciones. El Capitán de nuestra salvación fue hecho perfecto por medio del sufrimiento. En esta vida seremos probados para ver si somos capaces o no de soportar la prueba de Dios. Cuando vengan las tentaciones de Satanás, seremos probados. ¿Seremos derrotados por el poder seductor de Satanás o venceremos como lo hizo Jesús? ¿Habremos atesorado en nuestra mente los tesoros de las verdades del cielo, que nos capacitarán para enfrentar al adversario de las almas con un "Escrito está", como hizo Jesús y no con un discurso personal? Satanás sabe mejor que muchos profesos cristianos lo que está escrito, porque es un estudiante diligente de la Biblia, pero él obra para pervertir la verdad y llevar a los hombres por el sendero de la desobediencia. Los induce a descuidar la investigación de la Palabra de Dios...

Es un gran error indicarle a Dios lo que se debe hacer. Elias no sabía lo que estaba haciendo cuando le dijo al Señor que ya había vivido lo suficiente y deseaba morir. El Señor no tomó en cuenta su palabra, pues aún tenía algo que hacer antes de ser enaltecido y traspuesto al cielo. ¿Hemos olvidado que Jesús, la majestad del cielo, sufrió siendo tentado? Jesús no permitió que el enemigo lo arrastrara al fango de la incredulidad, ni lo forzara a entrar en el cieno del desaliento y la desesperación...

Dios odia el pecado. La obra de Satanás consiste en atraer hacia las obras de maldad. Satanás ha desplegado gran destreza y poder de seducción con el fin de fascinar la mente para que escoja el pecado antes que la justicia. La influencia que ejerce una persona sobre otra ha llegado a ser muy peligrosa. Satanás guía, controla la mente y presiona la influencia de una mente sobre otra para ponerla a su servicio. Pero el Señor Jesús por medio de su Espíritu Santo, cambia el orden de las cosas; toma los pecados y la culpa de la raza humana sobre sí, atrae a las personas, las santifica y transforma al agente humano en su instrumento y compromete sus facultades para que realice una labor completamente opuesta a la que Satanás sugiere...

"Resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros". Cuán preciosa es para el alma tentada esta promesa. Si quienes padecen prueba y tentación mantienen sus ojos en Jesús y se acercan a Dios, hablando de su bondad y de su perdón, Jesús se acercará a ellos y aquellas penas que creían casi insufribles se disiparán...

Nos esperan tiempos tormentosos, pero no debemos preocuparnos. La ansiedad revela incredulidad, pero Cristo nos dice: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar" (Carta 43, 1892).

E. G. White

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