EL REMEDIO PARA LA ANSIEDAD.

¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mi? Salmos 42:5.

Dios había dado grandes recuerdos a su siervo David durante su vida. 

Y vemos cómo David se reprocha por estar oprimido. En este pasaje vemos una imagen nuestra, la misma que tuvo David. 

Y nos preguntamos: ¿que esta pasando con mi fe? ¿Por qué no confió en mi Dios? Esta y otras preguntas llegan a nuestros corazones. 

Cuando Lutero se sentía al borde de la desesperación, y luego le decía a Melanchton: “Ven, Felipe y cántame el salmo 46”. Otros pueden cantar el salmo 23, incluso algún salmo preferido. 

Pero cualquier salmos que cantemos, nos estamos dirigiendo a Dios por qué necesitamos su ayuda. Nos vemos indefensos ante tanta desgracia, y sentimos la necesidad de acercarnos a nuestro Dios. 

Y exclamamos cómo David, “Oh alma mía” Suspiramos como el viento, esperando la gracia de Dios. 

Él Señor envía a sus ángeles para darnos la paz, y la seguridad que él esta al tanto de todo, aunque no lo comprendamos. 

Debemos buscar consuelo en nuestro Dios, no en nosotros mismos, oh en amigos. 

Cierto es, que los problemas y los chascos de la vida se han estando agolpando sobre uno. “Yo llevo casi tres años sufriendo dolores y picores por todo mi cuerpo, y cada día clamo a mi Dios. 

Pero cada amanecer canto salmos y doy gracias a mis Dios, confiando en su voluntad, y si es su voluntad me cure”. Nunca comprenderemos en esta vida, el por qué de las cosas. 

Pero cuando estemos en la Tierra Nueva, nos parecerá todo lo sufrido, como una gota de agua en un mar inmenso. Tenemos que reconocer la providencia de Dios en nuestra vida. 

Y los cristianos nos hacemos la misma pregunta cada día: ¿Por qué estoy pasando esta crisis, por qué a mí y no a otro? Cristo soporto más de lo que cada uno esta soportando. 

Y no dijo: “Por qué a mí oh Dios”. Sino que con humildad soporto tu prueba, la de muchos hombres y mujeres que no conocen a Cristo, y esta soportando mi prueba”. 

David confió en su Dios, y a la larga todo le salió todo bien. El cristiano debe oh debemos confiar en nuestro Dios, y a su debido tiempo Dios obrara para para darnos la paz o para curarnos. 

William Cowper escribió estas frases: Dios obra en una forma misteriosa 
al obrar sus grandiosas maravillas; deja en el mar las huellas de sus plantas y anda entre las olas que se agitan. 

Temerosos cristianos, tomad nuevo valor: Las que tanto teméis nubes oscuras llenas están de gracia, y al abriese bendiciones traerán a vuestra vida. 

David se acordó de su Dios, aun en las noches más oscuras de su vida.¿Aremos nosotros lo mismo?

MARANATA.

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