Entonces Jesús fue llevado por
el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Mat. 4:1
Se algunos de ustedes abra estado
en un desierto, donde el agua escasea y la comida también. Donde el
calor es abrasador y las noches muy frías.
El hecho de que Jesús
fue llevado al desierto indica cierta resistencia de su parte.
Podemos comprender sus sentimientos, porque sabemos que la tentación
no es un juego.
Los tres años y medio de su ministerio fueron un
intenso conflicto de Jesús con su enemigo estaban comenzando y su
humanidad no estaba esperando con interés esa experiencia.
Podemos imaginarnos a Jesús diciéndole al Espíritu Santo: “Necesito tu ayuda ahora para dirigirme al lugar de la batalla y comenzar la cuenta regresiva hasta el calvario”.
Podemos imaginarnos a Jesús diciéndole al Espíritu Santo: “Necesito tu ayuda ahora para dirigirme al lugar de la batalla y comenzar la cuenta regresiva hasta el calvario”.
Pero el enemigo esperó hasta
el momento mas vulnerable para atacarle. Después de 40 días de
ayuno, el cuerpo de Jesús estaba clamando por alimento con una
intensidad tan exigente como la de un adicto.
Cierto es que Jesús
no provocó la tentación, ni tampoco se coloco a sabiendas en el
terreno hechizado de Satanás. Jesús se retiró al al desierto para
estar solo con su Padre y para meditar en la misión que tenía por
delante.
Jesús tomó sobre sí la naturaleza humana, y con ella la
posibilidad de ceder al pecado (DTG. p. 91-92) Se le permitió que
arrastrara “los peligros de la vida en común con toda alma humana”
. Que pelea “la batalla como la debe pelear cada hijo de de la
familia humana, aun a riesgo de sufrir la derrota y la pérdida
eterna” (DTG. p. 33)
Sólo así podría decirse “que fue tentado
en todo según nuestra semejanza” (Hech.4:15). Por otra parte, si,
como algunos lo afirman (laicos, pastores y ancianos), Jesús, siendo
divino (naturaleza de Adan sin caer), no podía ser tentado, su
tentación habría sido una farsa.
Por medio de su naturaleza humana
experimentó la tentación (cf. DTG. 636-637). Si la forma en que
experimentó la tentación hubiera sido en algo menos difícil que la
nuestra, “él no podría socorrernos”.(DTG p. 92; CBA. p.301 en
Español)).Nota adicional Juan 1:; Luc.2:4,52; Juan.1:14; Heb. 4:15;
Mat. 4:1-11; Rom.5:12-19 p.346).
Aunque después de nuestro bautismo
por agua o del Espíritu, el enemigo generalmente intensificará sus
ataque sobre nosotros, podemos tener la certeza de que el Espíritu
Santo no nos conducirá a ninguna situación de la tentación.
El
Espíritu Santo nos dará la fuerza y la capacidad para salir airosos
de la tentación, sabiendo que Cristo esta intercediendo por
nosotros.En el desierto de la tentación puede florecer con las
flores de la victoria y el gozo.
[Os pido que oréis por mi, tengo una alergia que me ataca todo el cuerpo y los ojos, y no tengo ganas de hacer nada. Os ruego humildemente que oréis por mi, para que siga haciendo esta obra. Que Dios os bendiga.]
[Os pido que oréis por mi, tengo una alergia que me ataca todo el cuerpo y los ojos, y no tengo ganas de hacer nada. Os ruego humildemente que oréis por mi, para que siga haciendo esta obra. Que Dios os bendiga.]
Maranata:
http://degunda
venida apocaliptica.blogspot.com
http://Viajes
a través del tiempo y espacio.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario