Por tanto os digo: Todo pecado y
blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el
Espíritu Santo no le será perdonada. Mat. 12:31.
Los dirigentes religioso de
Israel no han cambiado mucho desde los tiempos de Jesús. Volvamos la
vista al pasado.
Estos dirigentes `no muy religiosos' Acusaron a Jesús de expulsar a los demonios por el poder Belcebú. Demostraron su desprecio negándose a pronunciar el nombre de Jesús.
Jesús no tomo esas acusaciones livianamente porque sabía a donde podían llevar ese tipo de pensamientos. Sabía que aquellos que rechazan la clara evidencia del poder de Dios, se encontrarán del lado de aquel que nunca guía al arrepentimiento y el perdón sino sólo a la destrucción.
Por esto algunos de los enemigos de Jesús finalmente llegaron a cometer el pecado contra el Espíritu Santo.
A lo largo de la historia, vemos como la iglesia dominante en el mundo a cometido el pecado contra el Espíritu Santo, por atribuirse privilegios y mercedes que no son de su competencia.
Haciéndose pasar por Dios, para perdonar los pecados y promulgar leyes y decretos en contra de los hijos de Dios.
Vienen a mi mente hombres como Hus, Jerónimo, que eran de Bohemia y fueron quemados y hechando sus cenizas al Rin.
Hombre libres que sólo predicaban la Biblia y la salvación por la fe. La arrogancia y el orgullo son armas que Satanás emplea para su beneficio y atrae muchos a su redil.
Cristo demostró cual absurdo era los argumentos de los fariseos, y sus razonamientos fueron tan claros y sencillos que todos pudieron comprenderlo.
Cito textualmente: “Los prelados temblaron de ira por las palabras de Jerónimo, exclamaron: “¿Qué necesidad hay de mayores pruebas? ¡Contemplamos con nuestros propios ojos el más obstinado de los hereje. . .
Me habéis tratado con más crueldad que a un turco, judío o pagano, y mis carnes se han resecado hasta dejar los huesos descubiertos; pero no me quejo, pero no puedo menos que expresar mi asombro ante tamaña barbarie. . .
“Probadme con las Santas Escrituras que estoy en error dijo él –y abjuraré de él.”
Tanto Hus como Jerónimo fueron quemados por herejes, y sus cenizas fueron arrojadas al Rin.
Palabras que nos recuerda a los fariseos en el juicio. (CS. Cap.6. Héroes de la Edad Media).
Es fácil, pero extremadamente peligroso, juzgar la obra del Espíritu Sato doquiera esté teniendo lugar actualmente.
Si no armoniza con nuestro sistema o con nuestras opiniones preconcebidas, nos sentimos inclinados a condenar.
La obra del Espíritu Santo trabaja en todos, y es Dios que debe juzgar a los hombres que se atribuyen dones o mercedes que no les pertenece.
[Os pido que oréis por mi, tengo una alergia que me ataca todo el cuerpo y los ojos, y no tengo ganas de hacer nada. Os ruego humildemente que oréis por mi, para que siga haciendo esta obra. Que Dios os bendiga.]
Estos dirigentes `no muy religiosos' Acusaron a Jesús de expulsar a los demonios por el poder Belcebú. Demostraron su desprecio negándose a pronunciar el nombre de Jesús.
Jesús no tomo esas acusaciones livianamente porque sabía a donde podían llevar ese tipo de pensamientos. Sabía que aquellos que rechazan la clara evidencia del poder de Dios, se encontrarán del lado de aquel que nunca guía al arrepentimiento y el perdón sino sólo a la destrucción.
Por esto algunos de los enemigos de Jesús finalmente llegaron a cometer el pecado contra el Espíritu Santo.
A lo largo de la historia, vemos como la iglesia dominante en el mundo a cometido el pecado contra el Espíritu Santo, por atribuirse privilegios y mercedes que no son de su competencia.
Haciéndose pasar por Dios, para perdonar los pecados y promulgar leyes y decretos en contra de los hijos de Dios.
Vienen a mi mente hombres como Hus, Jerónimo, que eran de Bohemia y fueron quemados y hechando sus cenizas al Rin.
Hombre libres que sólo predicaban la Biblia y la salvación por la fe. La arrogancia y el orgullo son armas que Satanás emplea para su beneficio y atrae muchos a su redil.
Cristo demostró cual absurdo era los argumentos de los fariseos, y sus razonamientos fueron tan claros y sencillos que todos pudieron comprenderlo.
Cito textualmente: “Los prelados temblaron de ira por las palabras de Jerónimo, exclamaron: “¿Qué necesidad hay de mayores pruebas? ¡Contemplamos con nuestros propios ojos el más obstinado de los hereje. . .
Me habéis tratado con más crueldad que a un turco, judío o pagano, y mis carnes se han resecado hasta dejar los huesos descubiertos; pero no me quejo, pero no puedo menos que expresar mi asombro ante tamaña barbarie. . .
“Probadme con las Santas Escrituras que estoy en error dijo él –y abjuraré de él.”
Tanto Hus como Jerónimo fueron quemados por herejes, y sus cenizas fueron arrojadas al Rin.
Palabras que nos recuerda a los fariseos en el juicio. (CS. Cap.6. Héroes de la Edad Media).
Es fácil, pero extremadamente peligroso, juzgar la obra del Espíritu Sato doquiera esté teniendo lugar actualmente.
Si no armoniza con nuestro sistema o con nuestras opiniones preconcebidas, nos sentimos inclinados a condenar.
La obra del Espíritu Santo trabaja en todos, y es Dios que debe juzgar a los hombres que se atribuyen dones o mercedes que no les pertenece.
[Os pido que oréis por mi, tengo una alergia que me ataca todo el cuerpo y los ojos, y no tengo ganas de hacer nada. Os ruego humildemente que oréis por mi, para que siga haciendo esta obra. Que Dios os bendiga.]
Maranata:
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