“Querido Jesús -te ruego que
esta mañana me uses como tu instrumentos en tus manos-, y sea tu
voluntad en mi. Cuida a mi hijo en su caminar y que tus ángeles lo
cuiden.
Mientras que la madre decía: “¡Oh Padre!, eres bienvenido
a mi corazón. Que pueda hoy sentirte dentro de mi y que tu infinito
amor me haga sentir llena de paz. Aparta todo orgullo y toda
arrogancia de mi corazón.
A medida que maduramos
espiritualmente, nuestra manera de hablar en presencia del Padre va
cambiando. Habrá menos ruegos por bendiciones súper abarcantes y
más armonía con la voluntad de Dios.
La diferencia de la
profundización de nuestro conocimiento acerca de quién es el Padre.
En lugar de verlo como un arbitrario dispensador de bendiciones, lo
veremos como el Autor de la sabiduría, el Diseñador especial para
la vida.
No da la capacidad para captar más completamente la
inherente sabiduría de los caminos que nos lleva a la salvación, y
comprenderemos que nuestros problemas no surgen de la renuncia de
Dios a dar bendiciones, sino de nuestra renuncia a caminar en los
caminos y sendero de la vida llenos de bendiciones.
Amanece en
nosotros la idea de que el propósito de la oración no es cambiar la
actitud de Dios hacia nosotros, sino cambiar la nuestra hacia Dios.
No hay necesidad de rogar o arrastrarnos ante El, no hay necesidad de
persuadirlo a reconocer nuestra situación.
El conoce nuestra
situación, sabe de lo que necesitamos, y con un amor infinito se
acerca hacía nosotros por medio de Cristo. Jesús nos enseño a
orar “venga tu reino”. Ma adelante dijo: “El reino de Dios está
entre nosotros”, lo que significa que la más segura esencia del
reino de Cristo, esta en los valores que ponen el Espíritu Santo en
nosotros.
El planta la verdadera imagen de Dios en el hombre y
mujeres consagradas a El. La oración de Jesús, es hacer
decisiones conscientes de dejar que nuestra mente y valores sean
llevados a la armonía con la mente y los valores de Dios.
Esto representa la sumisión en el más alto sentido de la palabra.
Esto representa la sumisión en el más alto sentido de la palabra.
No
significa una temerosa retirada frente a una potencia de fuego
superior, sino una inteligencia que esta alineada de la mente con la
sabiduría superior que es la celestial.
En este punto muchos de los torpes imperativos de nuestras oraciones comienzan a tomar nuevas formas. (La frase “Señor””Señor” “Señor”. )
En este punto muchos de los torpes imperativos de nuestras oraciones comienzan a tomar nuevas formas. (La frase “Señor””Señor” “Señor”. )
Llega ha
ser una falta de respeto a Dios. La forma en que nos expresamos an
te Dios, deberíamos de tenerla en cuenta. Dios es Alto y sublime. La
oración debe ser sencilla y reconocer con humildad al dador de la
vida.Amen.
Maranata.
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