Si dijere: Ciertamente las tinieblas me
encubrirán; aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como día; lo mismo te son las tinieblas que la luz. Sal. 139:11-12.
Reconozcamos que Dios está presente en todo lugar; que no sólo es omnipotente sino también omnisapiente. Ante que nuestros labios se muevan para pedirle algo él ya lo sabe.
Una persona puede caminar por el valle de las sombras de la muerte y no temer mal alguno, cuando se apoya en la fuerza de Dios todo cambia. Hace unos meses que falleció un hermano de la fe. Joven, dejo una esposa y una niña de 12 años.
Fue desahuciado por los médicos de España. Se marcho a Alemania, allí estuvo cuatro meses, sin esperanza. El cáncer lo corroía y nadie podía hacer nada. Se fue a su país R, y allí espero el descanso lentamente.
Era un hombre de fe, las sombras de la muerte estaba a su lado. Pero la claridad de la luz de Dios estaba a su lado.
Animo a su familia, la Iglesia estuvo orando durante muchos meses, pero no había resultado de mejoría.
Su testimonio fue grande, su paciencia fue probada y la nuestra
también. ¿Por qué Dios permitió esta situación y se alargo en
el tiempo? ¿Que quería probar Dios? La paciencia y la fe del enfermo. O la fe de nosotros orando por el.
La fe de él era firme, la de muchos amigos también, pero Dios era él que tenia la última palabra. Fue una lección para todos. Esto me hace recordar el salmo 51.
David estaba a la puerta de la muerte del remordimiento y la repugnancia de si mismo. Todos nosotros estamos a la puerta de la muerte, pero no sabemos el día ni la hora.
Tenemos que reflexionar por nuestra conducta, ante él juez celestial. ¿Cuantos hemos recitado este salmo con lagrimas en los ojos.
“Borra mis rebeliones” “Purificarme con hisopo, y seré limpio” Ese debería ser el clamor del cristiano.
Hace dos años estuvimos dando
un concierto en la prisión de alta seguridad de Zaragoza. Vimos hombres y mujeres que estaban por diversas causas, pero vi los rostros de paz cuando terminamos la cantata.
El Espíritu de Dios estaba allí, ¿Estaban muertos? ¡No! ¿Presos, si ? Pero libres porque muchos pudieron conocer a Cristo, y su infinito amor. Yo, como algunos de mis compañeros lloramos de felicidad, aun dentro de una prisión.
Porque espíritu Santo se manifestó. Muchos podemos estar en la cárcel del pecado, pero Cristo nos libera de esa esclavitud si tú lo deseas. (video el perdón).
[Os pido que oréis por mi.
Tegon una alergia que me ataca todo el cuerpo y los ojos, y no tengo ganas de hacer nada. Os ruego humildemente que oréis por mi, para que siga haciendo esta obra. Que Dios os bendiga].
Maranata:
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