He aquí que confiáis en este báculo de la caña frágil, en Egipto, en el cual si alguien se apoya, se le entra por la mano, y la atravesará. Tal es el Faraón rey de Egipto para todos los que en él confían. Isa. 36:6 .
La caña cascada es un símbolo apropiado de lo que es Egipto. El junco que crecía junto al Nilo. Aunque tenía apariencia de robustez y seguridad, no merecía confianza. Si una persona se apoyase sobre esa caña, ésta cedería hiriéndole la mano.
Oseas busco ayuda en Egipto, y por hacer esto perdió su reino. La crisis de Judá que aquí se menciona ocurrió en el periodo XXV dinastía de Egipto. El rey Ezequías en su guerra contra el rey Asirio Senaquerib sabía que su ejercito era superior al de Judá. El enviado del rey Senaquerib se burlo del Dios de Israel.
Alegando que ningún ejercito había podido resistir a su ejercito y que el ejercito de Israel había depositado su confianza en Egipto pero había sido derrotado. Alego que Egipto era una caña frágil, indigno de la confianza de Judá.
Un detalle paso por alto Rabsace, o no lo sabía. Ezequías había tomado una decisión transcendental en su vida, quito gran parte de la idolatría de Judá. Su confianza no estaba en Egipto caña frágil. Hizo buscar al profeta Isaías. Fue una sabia medida. El caso del rey fue presentado ante Dios en oración.
La respuesta fue rápida y concisa. Dios le dio la seguridad de que Jerusalén y su pueblo sería preservados. Senaquerib jamás asentó el pie en la ciudad. En la noche, el ángel de Dios destruyo a 185.000 Asirios.
Las tropas de Senaquerib retrocedieron hacia Nínive. Hoy día, Egipto es la caña frágil de nuestro mundo, el mundo que nos rodea, sus modas y su confianza en este siglo. Entre las constante luchas entre el bien y el mal, y nuestra propias vidas.
La pregunta es: ¿confiamos en “Egipto” (en el mundo)? ¿Confiamos en la sabiduría de este mundo, en sus sabios y en sus dioses, que son como cañas? ¿Adoramos al dios de la riquezas y el bienestar? O tal vez ¿Confiamos en tener una posición social media alta, para sentirnos orgullosos?
¿Como salen nuestros hijos de las instituciones que tenemos a lo largo y ancho de este mundo?
Todo es bueno, tenerlo, pero cuando se antepone a Dios, es una caña frágil que esta lista a romperse.
Creo firmemente que la única salvaguardia del cristiano contra los avatares de este mundo de pecado; es la oración y la lectura de su Palabra, para que el Espíritu Santo obre una transformación en nuestras vidas.
Maranata
Luis
José de Madariaga.
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