Voz que clama en el desierto: Preparad el camino a Jehová; enderezar calzada en la soledad a nuestro Dios. Isa. 40:3
El lenguaje descriptivo de Isaías era fácilmente comprendido por la gente en su tiempo.
De acuerdo con Adán Clarke (comentary, t. 4. p. 158), era práctica entre los reyes de oriente, cuando realizaba un viaje, enviar adelante un hombre para que anunciara la llegada del monarca.
Era responsabilidad de ese hombre abrir el camino en la montaña, remover todos los obstáculos y nivelar los caminos para que el rey pudiera disfrutar de un viaje fácil y confortable.
Semiramis en su viaje a Persia, vino por la montañas zarceanas. Estas estaban llenas de precipicios escabrosos y profundas cavidades que eran insalvables.
Ella ordeno que se aplanara los precipicios y se rellenaran las cavidades, nivelando los caminos. Siguió este plan en todo los países de su dominio.
La declaración de Isaías en nuestro texto es una doble profecía. En el tiempo del Mesías, Juan el Bautista fue identificado como la voz que clama en el desierto.
Israel había estado aguardando este clamor hace siglos. “Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas” (Mat. 3:3). El mensaje era oportuno. A través de los años, los ritos habían sido establecidos en la religión de Israel.
Las ceremonias, las restricciones, las filacterias y las actividades del culto, eran una gran carga para el pueblo.
El mensaje de Juan a los dirigentes era que quitaran todas las cosas que eran tropiezo para el pueblo.
¿Como podía Cristo realizar una obra de éxito cuando el camino estaba obstruido con precipicios y abismos que estropeaban el progreso espiritual del pueblo?
Juan hizo todo lo que estuvo a su alcance para completar lo que los sacerdotes fallaron en hacer. Llamó la atención hacia Aquel que vendría de quien era indigno de desatar el calzado. Juan dio su vida por su fe.
Estamos en un momento histórico muy concreto, los acontecimientos en la iglesia son palpables, frialdad, falta de compromisos, desunión, conformidad con el mundo. Pero prevalece el orgullo y la arrogancia, la mentira en el pueblo de Dios.
Actualmente, el mensaje del desierto es ir al pueblo una vez más. En el desierto del pecado que es el mundo el cual ha entrado en la iglesia una vez más. En este desierto del mundo hoy día Satanás ha hecho muchos abismos y precipicios de falsas doctrinas.
Es por eso que la gran mayoría de su pueblo se perderá.
Todos los que hayan aceptado a Jesús como su Salvador personal son voces en el desierto. ¡Debemos enderezar el sendero! El Espíritu Santo no ayudará si caminamos junto ha Él.
Maranata
Luis
José de Madariaga.
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segunda venida apocalíptica.
La
Biblia a través del tiempo.
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La película del Deseado de
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