Y Jacob le respondió: No te dejaré si no me bendices. Gén. 32: 26 up.
Vosotros todos y yo, que complacer hablamos de las faltas de los demás, debemos de despertar y mirar en lo más profundo de nuestros corazón.
Tomad vuestras Biblias e id a Dios en ferviente oración. Pedidle que os enseñe a conoceros a vosotros mismo, a comprender que vuestras debilidades, vuestros pecados e inconsecuencias, a la luz de la eternidad; sí así no lo hicieses ascuas estarán sobre tu cabeza.
Pedidle que os muestre cómo aparecéis a la vista de vuestro Salvador. Por supuesto esto es una obra individual y intransferible.
En humildad envida vuestras peticiones deben de elevarse al lugar Santísimo donde se encuentra Cristo Jesús, vuestras peticiones llegaran a Dios y no descanséis día y noche mañanas y tardes hasta que podáis decir: Oye lo que el Señor ha hecho por mí, -hasta que podáis dar un testimonio viviente y hablar de victorias ganadas.

Y mi esposa me dice: Josue, “la fe, la fe “solo la fe.
Jacob lucho con el ángel toda la noche antes de ganar la victoria.
Cuando rompió el alba el ángel dijo: “Déjame porque raya el alba”. Pero Jacob contestó: “No te dejaré, si no me bendices”. Entonces fue contestada su oración: “No se dira más u nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres y has vencido” (Gén.32: 26-28).
Unas de las cosas que necesita el cristianos es la perseverancia de Jacob, la fe inquebrantable de Elias. Vez tras vez Elías envió a su siervo a ver si aparecía la nube, pero no se veía ninguna. Al fin la séptima vez, el siervo volvió con la palabra: “yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar”. (1º Reyes 18:44).
¿Se volvió Elías y dijo: No acepto esta evidencia; esperaré hasta que aparezca densos nubarrones negros? ¡No! El dijo: Es tiempo de ir. Confió plenamente en esa señal de Dios y envió a su mensajero delante de sí a decir a Acab que estaba por precipitarse una abundante lluvia. Una fe como ésta es la que necesitamos todos, una fe que se aferre y que no dejará ir.

¿Por qué no pedimos el perdón por los grandes pecados que se cometen en su pueblo? ¿Por qué no pedimos a Dios que los dirigentes se humillen y se pidan perdón unos a otros?
Ruego que El Señor nos lleve con su Espíritu . ¡Oh, si pudiéramos descorrer el velo para comprender el misterio de la piedad! (Review and Herald, 9-1-1900)
Maranata
Luis
José de Madariaga.
http://lecciones-biblicas.blogspot.com
http://judaislacris.blogspot.com
http://meditacionesmatinales.blogspot.com
http://historiaybiblia.blogspot.com
ttp://
segunda venida apocalíptica.
La
Biblia a través del tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario