Entonces se acercó Sedequías hijo de Quenaana y golpeó a Micaías en la mejilla, diciendo: ¿Por dónde se fue de mí el Espíritu de Jehová para hablarte a ti? 1º Reyes 22:24.
Dos espíritus luchan por la supremacía en el mundo en que vivimos. El Espíritu de Dios y el Espíritu del mal. Este esta encarnado por Satanás y sus ángeles.
Desde el principio de la creación instigo a Eva y Adán para que desobedeciera a Dios y así tener el control de la raza caída. Este conflicto estará hasta que Jesús venga por segunda vez.
Hay una cita que dice: El apóstata no descansa sino cuando obtienen simpatía y apoyo al inducir a otros a seguir su ejemplo. (CS. p.559). Es cierto, nosotros somos influidos por el Espíritu de Dios o por el espíritu del mal.
No podemos evitarlo, pero, gracias a Dios podemos elegir. Siempre debemos estar siempre en guardia, sin embargo, Satanás pretende ser un ángel de luz, usa a sus ángeles para inducir al hombre que tuerzan las Escrituras, y hacer ver que cristo no vendrá en las nubes.
Juan nos da un buen consejo.
El escribió: “probad los espíritus si son de Dios; por que muchos falsos profetas (predicadores que van torciendo la palabra) han salido por el mundo” (1º Juan 4:1).
¿Como podemos saber esto? La prueba de los espíritus, buenos y malos se hallan en Galatas 5: 19-23.
Acab y Josafat hicieron una alianza para atacar al rey de Siria. Antes de ir a la batalla, el rey de Judá sugirió al rey de Israel que consultaran si el ataque era el plan de Dios. Acab llamo a cuatrocientos profetas y les preguntó qué aconsejaba el Espíritu de Dios.
Todos ellos concordaron que el plan tenía la aprobación de Dios. Josafat no quedó satisfecho. Pregunto si no había profeta. Evidentemente tenía una duda. Acab envió por Micaías, a quien despreciaba.
Micaías señalo que los cuatrocientos estaban mintiendo, y que Israel perdería la batalla, y que Acab sería muerto. Sedequías se sintió agraviado por la profecía de Micaías, y airado lo golpeó.
“¿Por donde se fue mi Espíritu de Jehová para hablarte a ti?” preguntó. Teniendo a sus cuatrocientos profetas. La arrogancia y el orgullo son dos cosas que Dios abomina (Prov.6:16-19).
Hay muchos falsos profetas, que predice que seremos llevados al cielo antes de la venida de Cristo, esto no es Bíblico.
Cuando Cristo venga en las nubes todo ojo lo vera, aun los que le traspasaron, y los muertos resucitaran primero y luego los que vivamos seremos llevados junto con él al cielo. Apoc. 1:7.
Isaias nos da la clave para reconocer al verdadero profeta, o en este caso pastores que dicen tener la verdad.
“¡A la ley y al testimonio! Si no dijeran conforme a esto, es porque no les ha amanecido” (Isa. 8:20). ¿Habla el Espíritu de Dios a través de nosotros?
Maranata
Luis
José de Madariaga.
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segunda venida apocalíptica.
La
Biblia a través del tiempo.
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