EL CORAZÓN QUE CLAMA EN EL SILENCIO

En lo secreto de tu presencia los esconderás de la conspiración del hombre; los pondrás en su tabernáculo a cubierto de contención de lenguas. Sal. 31:20

El salmo de la esperanza, esa esperanza que corre cual hebra dorada a través del sufrimiento florece con triunfante seguridad en los (ver. 19-24), y el salmista se eleva en alabanza hasta alcanzar la cumbre de la gracia otorgada por Dios. 

En tu nombre. Es decir, por tu reputación o por causa de tu carácter. Esta frase encierra para el cristiano un profundo significado. 

Cuando se la pronuncia en oración sincera, esta indicando que el suplicante se somete a la voluntad divina y está dispuesto a permitir que sus dificultades personales se pierdan en el programa superior de Dios, y además, que el comprende que el honor de Dios está en juego en todo lo que atañe al gobierno divino, y cree que el Altísimo sería deshonrado si le negara el pedido que ahora presenta el hijo de Dios.

Pero el hombre y mujeres que están ocupados en las actividades de la vida, exigidos por muchos cuidados, no pueden vivir sobre sus rodillas. 

Pero en el mercado de la vida hay un observador que siempre esta observando en cada transacción, y los libros del cielo registra cada centavo de ganancia ilícita como fraude. 

Mientras que los hombres no pueden vivir sobre sus rodillas, sin embargo l ferviente deseo silencioso del corazón presentado al cielo halla entrada ante el Padre a través de los observadores. 

El camino hacia el trono esta abierto, y todo lo que temor de Dios ante sí y desean andar en su consejo, buscarán su fuerza para hacer su voluntad tanto entre las multitudes como en la iglesia. 

Cada hombre y mujer que ama y teme a Dios tiene una oportunidad, on cada tentación que se le presente en las transacciones comerciales de la vida, y como retirarse al lugar secreto del pabellón del Altísimo, para quedar allí a salvo. 

Honrara Dios porque siente la fuerza y la plenitud del poder de Aquel que respalda sus promesas. Se comunica con Dios donde ningún ojo lo ve y ningún oído lo oye, excepto los de Dios. No debemos tener una relación que sea sólo para las circunstancias favorables. 

Una religión que depende de las circunstancias más difíciles. La religión de la Biblia debe estar encendida y dar luz en las plazas, en el mercado, en las calles, y en los lugares de oración. 

Los mas puros principios cristianos puede ser preservados en todo lugar. Amando a Cristo y creyendo en él como nuestro Salvador personal, podemos reclamar su gracia y su cuidado protector dondequiera e nos encontremos. (Manuscrito 1898).

Maranata

Luis José de Madariaga.

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