En su autobiografía Helen Kelle describe la terrible enfermedad que lo cerró los ojos y los oídos y la sumergió en la "inconsciencia del recién nacido". Un dramático cambio se produjo por fin.
"Gradualmente me habitué al silencio y a la oscuridad que me rodeaban, e incluso olvidé que antes las cosas habían sido diferentes, hasta que ella vino: Mi maestra; la que había de librar mi espíritu".
Cristo también tiene un Maestro que libera nuestro espíritu. El Espíritu que guía al hombre a toda la verdad, y cuando éste la conoce y la practica, se libera el hombre de sus viejas practicas.
La pregunta cae por su peso: ¿Desea el hombre ser libre realmente? ¡Cuán desesperadamente necesita la especie humana esta experiencia de libertad del Espíritu por el Espíritu! El Espíritu Santo no sólo inspiro a los profetas para que escribiesen las Escrituras; no sólo fue el instrumento activo en la creación de nuestro mundo; no sólo se lleva a cabo el plan de redención por medio del Espíritu, sino que nos guía al verdadero cristiano en todos los aspecto de la vida. (cap. 14:26; 16:12).
Nos hablara de las cosas que sobrevendrá en la tierra. Jesús había revelado cosas venideras (Mt. 24:etc.,); pero había de darse más luz acerca del futuro. Las las profecías del Apocalipsis y las de Daniel son un ejemplo resaltante de cómo se cumplió esto. El Espíritu dice a la iglesia, y al mundo que no cierre sus ojos al mensaje: "El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a la Iglesia" y por ende al mundo. (Apoc. 2:7,11;etc.).
Nuestra sociedad confundida es incapaz de guiarse a sí misma, por mucho que lo digan los eruditos. A través de la historia han ido en fracaso tras fracaso y esto lo vemos cada día en las noticias. La duda y la desorientación de las naciones envuelven al hombre como una gigantesca niebla sobre sus cabezas.
Voces frenéticas claman: "¡Este es el camino!" Pero este camino es un callejón sin salida. Por más inteligente que sea un hombre, por más alto títulos académicos que haya logrado reunir, por más que tenga una gran habilidad para ver y comprender, es sordo, ciego y mudo hasta que el Espíritu lo conduce a Cristo, el camino, la verdad y la vida, le hacen ver las despectivas de la vida eterna.
Por medio del poder del Espíritu Santo los efectos del hombre pasan de la cosas materiales de este mundo a las eternas. Esto es lo que ocurre cuando el Espíritu llega al corazón del hombre supera toda posibilidad de explicación y razonamientó.
"Orad para que la poderosa energía del espíritu Santo, con todo su poder vivificador, recuperador y transformador, caigan como un choque eléctrico sobre el alma paralizada, haciendo pulsar cada nervio como una vida, restaurando todo el hombre de su condición muerta, terrenal y sensual a una santidad espiritual". (J.T. t. II. p. 100).
Maranata.
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la
Biblia a través del tiempo.
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