viernes, 28 de junio de 2013

TENEMOS QUE RESPIRAR

Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias:

El  orador de La Voz de la Esperanza relata que un viejo maestro indio entró a su joven converso y le preguntó -Soy cristiano, pero no tengo tiempo para orar. -Entonces no tiene tiempo para respirar -dijo el maestro.

-Oh, para eso tengo que tomarme tiempo, a fin de vivir -fue la respuesta.
-Sin embargo -dijo el maestro-, es tan importante orar como respirar.  A veces compartimos esta historia en nuestra clase de Biblia cuando tratamos acerca del crecimiento espiritual.  Antes de contarla, escribimos en el pizarrón las palabras que denotan cuanto elementos esenciales para la vida física:  respiración, alimentación, ejercicio, y descanso.

-¿Cuáles piensan ustedes que son las necesidades paralelas para la vida espiritual?  -preguntamos luego a l clase.  
Es fácil ver que el alimento espiritual es la Palabra de Dios.  El trabajar para ganar a otros para Cristo se compara al ejercicio.  Aun las responsabilidades de nuestro trabajo secular, cuando se cumplen "como para el Señor" (Col. 3:23) pueden también transformase en un medio de aumentar la fortaleza espiritual.  
Y el sábado, por supuesto, es el día dedicado al descanso y a la oración, un refrigerio tanto físico como espiritual.

Pero, ¿qué se puede decir de la respiración?  Leemos en Mensajes para los jóvenes:  La oración es el alimento del alma" (Pág... 247).  La comparación con la respiración física puede no ser exactamente igual en todo sentido, pero hagamos algunas preguntas.  ¿Cuánto tiempo podemos vivir físicamente sin respirar?  ¿Cuanto tiempo podemos permanecer vivos espiritualmente si dejamos de orar?

Recordemos que la oración no necesita siempre expresarse en palabras.  En la misma página de Mensajes para los Jóvenes hay esta sugerencia:
"Mientras atendemos a nuestros quehaceres diarios, deberíamos elevar el alma al cielo en oración.  Estas peticiones silenciosas suben como incienso ante el trono de la gracia y los esfuerzos  del enemigo quedan frustrados.  el cristiano cuyo corazón se apoya asi en su Dios, no puede ser vencido.  
Sal. 72:77


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