miércoles, 20 de octubre de 2010

LAGRIMAS DE CONFLITO.

Sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos. (Hech. 20: 19.)

Desde los días de Adán hasta los nuestros, el gran enemigo ha ejercitado su poder, oprimiendo y destruyendo. Se está preparando actualmente para su última campaña contra la iglesia.

Para disfrazar mejor su carácter y encubrir sus verdaderos propósitos, se ha hecho representar de modo que no despierte emociones más poderosas que las del ridículo y del desprecio. Le gusta que lo pinten deforme o repugnante, mitad animal mitad hombre.

Si Satanás fue tan astuto en el principio, ¿cómo será ahora, después de adquirir la experiencia de muchos miles de años? No obstante, Dios y los santos ángeles, y todos los que viven en obediencia a toda la voluntad de Dios, son más sabios que él.

Todos los que están activamente empeñados en la obra de Dios, tratando de desenmascarar los engaños del enemigo y de presentar a Cristo ante el mundo, podrán unirse al testimonio de San Pablo cuando habla de servir al Señor con toda humildad y con lágrimas y tentaciones... El tentador no tiene el poder de gobernar la voluntad o de obligar al alma a pecar. Puede angustiar, pero no contaminar. Puede causar agonía pero no corrupción.(satanás quiere verse lo más feo pasible al mundo).

Satanás no puede leer nuestros pensamientos, pero puede ver nuestras acciones, oír nuestras palabras; y por su antiguo conocimiento de la familia humana, da a sus tentaciones la forma necesaria para sacar partido de los puntos débiles de nuestro carácter. Y con cuánta frecuencia le hacemos saber el secreto de cómo obtener mejor la victoria sobre nosotros. ¡Ojalá pudiéramos dominar nuestras palabras y acciones! (Cristo es el único que te acoge con amor).

Satanás asaltó a Cristo con sus tentaciones más fieras y sutiles; pero fue rechazado en cada conflicto. Esas batallas se pelearon a favor nuestro; esas victorias hacen posible que nosotros venzamos. Cristo le dará fuerza a todos los que la busquen.

E. G. W.

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