NO FUI REBELDE.

Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial. Hechos 26:19.

Pablo no dio “coces contra el aguijón”.Se entrego completamente a Cristo en respuesta a la visión que el señor le concedió. 

Tan completa fue su dedicación que de ese momento cuando la senda del deber le quedó clara, nunca vaciló una sola vez. 

Este ejemplo debería de servirnos a los cristianos, para testificar de Cristo y de su Santa venida. Pero por poco o por mucho, muchos cristianos hijos de Dios no lo hacemos.

Es por eso que no aceleramos la venida del Señor, porque estamos mu cómodos en nuestro sofá. Pablo sólo pregunto que quería el Señor de él, y después cumplió la voluntad divina. 

El tema de la biblia es hacer la voluntad de Dios, e hacer lo que Dios te ordena.Desde Abraham hasta Juan vemos una secuencia de hombres que hicieron la voluntad de Dios. 

Todos se dieron para servir en la causa del Señor.

Y a través de la vida de Pablo, solo hubo una pregunta: ¿”¿Que quieres que yo haga por ti?” (cap 22:10). 

Cierto es, que podía haber escogido la desobediencia, pero el “amor de Cristo” lo constreñía (2º Cor. 5:14).

Hay hombres que fracasaron en seguir a su Señor, tal como Acab, Judas, y algunos contemporáneos nuestros. 

Estos hombre rehusaron seguir a Jesús. Dios se le puede presentar a uno en sueños, y hacerle un llamado, o se le puede presentar como el mendigo que tuvimos la oportunidad de ver en una de nuestras matutinas.  

Dios tiene muchas formar de llamarnos, la cuestión es no ser rebelde a su llamado. El Señor declaró este principio: “Aquel respondiendo, dijo: Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y contada tu fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo” (Luc. 10:27).

Esta visión permaneció en Pablo como una realidad viviente.Sabía en quien había creído (2º Tim.1:12). “¿Y tú y yo sabemos esto?” Si Pablo pudo ser el evangelista de Dios, “tú y yo” podemos serlo también.

Dios no coaccionara nuestra mente, nos deja libre albedrío. Tenemos un campo muy amplio para trabajar en la viña del señor. 

¿Puede el hijo de Dios que guarda sus mandamientos rendir esta misma obediencia? ¿Puede que sea un recuerdo del pasado? 

Lo cierto es que muchos son llamados y pocos los escogidos. Esa es la triste realidad del cristiano moderno. 

Dios nos llama a ser como Pablo, como Pedro y cómo tantos otros que dieron fe de sus creencia por la causa de Cristo. 

Hoy nos llama, no rechacemos su llamado, set tu mismo para Cristo y Cristo para ti, pero no lo rechaces.

MARANATA.

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