LA BENDICIONES DE DIOS.

Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quién también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones. Romanos. 5:1-3.

Pablo ha puesto la gran verdad de la salvación por medio de la Fe. Pablo ha mostrado claramente que todos los hombres, tantos judíos como gentiles, son pecadores y que todos están bajo condenación y que necesitan justificación. 

Ha demostrado que esa necesidad de justificación no puede alcanzarse en la forma legalista por medio de las obras de obediencia (cap. 3:20). 

Pero, tal como se revela en las nuevas del Evangelio, Dios ha hecho todo lo necesario para cubrir las necesidades del hombre. Como un don gratuito de gracia.

Dios ofrece a todos el perdón completo y ser reconciliados mediante la fe en Jesucristo, quien ha vivido y muerto y resucitado para la redención y restauración del hombre caído. 

Luego de establecer la doctrina de la justificación por la fe como única forma en que los judíos y gentiles, a semejanza de Abraham, podamos obtener la justificación. 

Pablo declara que todas estas bendiciones las puede tener el cristiano mediante la fe, la que constituye una simple aceptación del perdón y del poder divino.

Estos resultados admirables para el pecador es una experiencia que nos lleva a la eternidad. 

El hombre cuando acepta el perdón por la gracia de Cristo, el pecador sienta la paz del Espíritu Santo en su corazón. 

Nuestra imagen puede ser restaurada gracias a los méritos de Cristo y al amor del Padre. La fe en Cristo nos lleva ante el Padre para ser reconciliados; nos pone en armonía con él. 

Cuando nos imputa o atribuye la justicia de su Hijo que cubre nuestros pasado pecaminoso, nos trata como si nunca hubiésemos pecados.

El Padre nos invita a disfrutar una comunión con Jesús que nos inspira valor para las pruebas futuras. Cristo nos lleva ante la cámara del Padre para darnos seguridad y perdón. 

El Padre a demostrado su amor con el hombre, dando lo que él más amaba, para que tengamos paz. Dios es nuestro amigo, y él y Cristo es amigo de Dios. 

No hay pecado que no hayan sido perdonados y que echen a perder esta amistad, y no hay indiferencia y rebelión que se interponga entre el ser humano salvado y Dios. 

Una de las cosas que debe de saber el cristiano es: que tienen libre acceso al trono de la gracia.  Por lo tanto la gracia es el amor de Dios hacia el hombre. 

Así es como el cristiano es capaz de hacer frente a los problemas de la vida. No importa que nos ocurra, tu fe en Dios te ara crecer en las dificultades. 

Con estas experiencias nos ara crecer en nuestra vida espiritual. Y esto nos produce paciencia y esperanza en nuestro Señor Jesucristo.

MARANATA.

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