Los que sembraron con lagrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llevando el que lleva la preciosa semilla; volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas. Sal. 126:5,6.
El pueblo de Dios se encuentra en el cautiverio de las naciones. Este texto nos describe la liberación del pueblo de Dios. Al igual que Israel salió de su cautiverio de Babilonia, por causa de su maldad.
Cierto es que la liberación es un gozo que no se puede describir con meras palabra humanas. Hay muchos hombres y mujeres que llevan la palabra a través de campos áridos, a través de la selva, montañas y valles.
Sufre las inclemencias del tiempo. Pero en sus rostros cansados y agotados, se deslumbra la paz de su Dios. En mi juventud fui en humilde colportor, tenia que ganarme el dinero para ir a estudiar teología en Valencia.
Estaba pasando una crisis, pero a pesar de todo vi la mano de Dios como nunca antes. Avía momentos de angustia, de lagrimas, y de gozo.
Pero la angustia fue remplazada por un gozo que no se puede explicar con palabras.
Cerca de un pueblo de Sevilla a unos cuarenta kilómetros con dirección a Badajoz. Tuve la experiencia mas grande de mi vida.
Después de mucho tiempo en oración y cantando salmos, en un campo donde los toros bravos pastaban, encontré a un Dios de un inmenso amor.
No había tenido muchas ventas de libros, pero había tenido la mayor bendición que Dios puede dar al hombre. Salí de ese lugar, con gozo y una inmensa paz inundaba mi corazón.
Los ángeles pueden aparecerse a los hombres en momentos determinados.
El hombre que me recogió de la carretera, y me llevo hasta Badajoz, no pude ver su rostro, se que estaba vestido de negro, había tanto gozo en mi corazón, que cuando me despedí, no pude ver su rostro. Dios usa a sus agentes para ayudar al que demanda perdón y ayuda.
Nuestro padre celestial tiene una obra para que la hagamos. No todos podemos ser colportores, pero si podemos ser colportores en nuestro barrio, en la oficina, Dios tiene una misión para cada uno de nosotros.
¡A que esperamos! Dios ha puesto las tecnologías a nuestro alcance, usemos la para gloria de nuestro Dios. Elbert Hubbard dijo muy bien al afirmar: “Dios no buscará en ti medallas, ni títulos o diplomas, sino cicatrices”.
El ejercito de Dios tiene que emplease afondo en la batalla, tendrá heridas por la dura batalla, grandes cicatrices, pero ellas serán curadas por el gran medico del Mundo. Nuestro Dios.
Maranata
Luis
José de Madariaga.
http://lecciones-biblicas.blogspot.com
http://judaislacris.blogspot.com,
http://meditacionesmatinales.blogspot.com
http://historiaybiblia.blogspot.com
ttp://
segunda venida apocalíptica.
La
Biblia a través del tiempo.
Ver
La película del Deseado de
Todas las Gente. En
http://www.facebook.com
Ruego a los
internautas cristianos que oren por mi amada esposa, esta enferma.
Gracias a todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario